martes, 28 de junio de 2016

¿DONDE ESTA, OH MUERTE TU AGUIJÓN?

SE ABRIERON LOS SEPULCROS


Muchas personas, aunque son creyentes, viven bajo el poder de los sepulcros, están cautivos de muchas ataduras que no les permiten vivir en plenitud. Al momento del “consumado es” los sepulcros se abrieron. Un momento donde la muerte no tuvo poder sobre los que estaban cautivos, para que se cumpliese la escritura: ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? (1Corintios 15.55). En este momento la evidencia de la derrota de la muerte estaba siendo concretada. Ahora nosotros no estamos bajo el temor de la muerte como dice el escritor de la carta a los hebreos: 14Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre (Hebreos 2.14-15).
Muchas personas están en servidumbre, como esclavos, prisioneros de la muerte, porque no han experimentado el poder sobrenatural de la victoria de Cristo. Cuando hablamos de muerte, no solo tratamos con el cuerpo inerte de una persona, sino por la ausencia de vida. Cuando no hay dinero, hay muerte financiera; cuando hay enfermedad, hay muerte en la salud. Perdemos personas que amamos, hay muerte en las relaciones. No hay crecimiento, hay muerte que produce estancamiento.

¡Los sepulcros de muerte se tienen que abrir de nuevo! El apóstol Pablo hablo de esto: Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte (1Corintios 15.26). Nosotros tenemos este poder sobre la muerte. Jesús vino para traer vida en abundancia, nosotros no hemos sido creados para vivir miserablemente, sino para experimentar la plenitud de todas las cosas en nuestra vida. Cuando los sepulcros se abrieron el poder de la muerte ya no existió más.
Al momento del “consumado es” el poder de la muerte esta siendo derrotado. Ahora tenemos autoridad, poder, unción para destruir la muerte y traer vida en abundancia a todas las áreas de nuestra vida. ¡Que el consumado es se manifieste nuevamente!
Recuerda que los sepulcros eran cuevas tapadas con piedras. Muchas personas viven en esos sepulcros de los miedos, temores, inseguridades, tienen una roca encima que no los deja alcanzar las metas que Dios ha preparado para ellos. Pero ahora el poder sobre la muerte abrirá esos sepulcros y el poder de la vida será manifestada.

Jesús lo demostró frente a la tumba de Lázaro, un multitud había llegado para llorar la muerte de un hombre amado a la comunidad. Jesús tardó cuatro días para llegar hasta Betania, el lugar donde vivía esa familia que Jesús amaba. ¿Por qué cuatro días? Porque entre los saduceos (un grupo religioso de aquel tiempo) decían que si la persona muerta se levantaba a la vida dentro de los tres primeros días de muerto era porque el espíritu había regresado. Por esta razón lo tenían que velar tres días.
Jesús llegó al cuarto día, porque si hubiera llegado antes para hacer el milagro seguramente la gente hubiera pensado que el espíritu había regresado a Lázaro y el milagro hubiera sido negado. Las hermanas le reclamaron porque no había venido antes a sanarlo, pero Jesús dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá (Juan 11.25). ¡El que cree en mí la muerte no tiene potestad sobre é!
¡Si pudiéramos creer en esto! De ninguna manera tendríamos que vivir bajo escases, estancamiento, enfermedad. Jesús ordeno: ¡Quiten la piedra! Era el momento de ejercitar la fe, esa piedra estorbaba para ver el milagro. Aún Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días (Juan 11.39). La respuesta de Jesús se ha convertido en una frase célebre para los que queremos creer. ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? (Ver. 40). Lo único que Dios nos pide para ver a la muerte huyendo de nosotros es CREER.
Esa piedra es un estorbo, había que quitarla para ver a Lázaro salir dando saltos fuera de la tumba. ¡Lázaro, ven fuera! (Ver. 43). Todo un gran espectáculo ver la muerte derrotada en un acontecimiento sobrenatural y glorioso que aún los creyentes seguimos glorificando. Quitemos esas piedras de orgullo, soberbia, seamos humildes para creer. Esa piedra de la religiosidad es terrible, tenemos que quitarla para ver la muerte huyendo de nosotros. Esa piedra de la duda, incredulidad, debemos retirarla para ver a Dios operando el milagro en medio de nosotros.
¡Sea abrirán esos sepulcros de muerte! La vida de Cristo es manifestada una vez más en medio de nosotros. Solo tenemos que creer.
Oremos de esta manera: Padre creo que Jesús resucitó y al momento la muerte fue derrotada, ahora nos toca a nosotros destruirla por medio de la fe. Ahora mismo creo que la muerte es deshabilitada en mi vida, porque el poster enemigo que será destruida es la muerte. La muerte no tiene poder alguno sobre la vida abundante que Dios nos da. Gracias Jesús porque ahora mismo la vida es manifestada sobre mi, mi casa, salud, trabajo, familia. Amén.
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