miércoles, 31 de agosto de 2016

¿QUIÉN, POR QUÉ Y PARA QUÉ?

 "Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca. 

Así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi Nombre." Vamos a roer la palabra y escuchar lo que el Señor nos está diciendo a cada uno a través de este pasaje. El contexto en que se da esta palabra es un momento de mucha intimidad. 

seanEl Señor está con sus discípulos, transmitiéndoles las cosas más importantes antes de ser apresado, antes de tener que pasar por el sufrimiento de muerte y resurrección. Visualicemos esta acción como si el Señor nos está diciendo a cada uno de nosotros: "No me escogiste tú a mí, sino que yo te escogí a ti y te comisioné para que vayas y des fruto. Así el Padre te dará todo lo que le pidas en mi nombre." Imagínense que si el Señor hubiera dicho este pasaje contando sólo con aquellos doce hombres: "Ustedes vayan y hagan más discípulos míos en todos los países de la tierra. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Enséñenles a obedecer todo lo que yo les he enseñado. Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo". (Mateo 28:19-20) No podrían hacerlo. Está hablando a todo discípulo que a partir desde ese momento iba a creer en su nombre, como nosotros. Llama la atención en este versículo es la cantidad de verbos que tiene. Hay seis: escoger, comisionar, ir, dar, perdurar, pedir. La acción, (entendemos que es la parte que denota la acción del sujeto) es impresionante. A través de ellos podemos responder algunas preguntas que son claves para poder sacarle mejor provecho: ¿Quién es el que escoge? ¿Por qué lo hace? ¿Para qué? ¿Quién es el que escoge? "No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes". Cada uno de nosotros hemos sido escogidos, aunque nos parecía que en el momento cuando se nos presentó el evangelio nosotros le hubiésemos escogido a Él. Esto tiene un efecto determinante para darle el peso que nos ayuda después a nuestra fe, a poder caminar en la obra que Dios quiere que hagamos. Él nos conocía a nosotros antes de que nosotros fuésemos, este es un avance importante para tener en cuenta que es Él es el que nos escoge. ¿Por qué lo hace? Visualicemos 1 Corintios 1: 26-29 "Recuerden lo que ustedes eran cuando Dios los eligió. De acuerdo a la gente, muy pocos de ustedes eran sabios, y muy pocos de ustedes ocupaban puestos de poder o pertenecían a familias importantes. Y aunque la gente de este mundo piensa que ustedes son tontos y no tienen importancia, Dios los eligió para que los que se creen sabios entiendan que no saben nada. Dios eligió a los que, desde el punto de vista humano, son débiles, despreciables y de poca importancia, para que los que se creen muy importantes se den cuenta de que en realidad no lo son. Así, Dios ha demostrado que, en realidad, esa gente no vale nada. Por eso ante Dios nadie tiene de qué sentirse orgulloso." No hay ningún mérito, ninguna gracia, ningún don, ningún talento por el cual el Señor se ha fijado en nosotros, es sólo la gracia y misericordia de Dios. No hay ningún denominador común excepto la disposición, como por ejemplo: Mateo era un hombre letrado, un hombre culto, un hombre que probablemente en nuestra época sería una eminencia. Pero también tenemos el caso de Pedro que era un hombre muy humilde, pescador, de condición muy humilde y, tal vez, podríamos decir desde la perspectiva cultural, de poca estima para ser considerado en alguna obra. Sin embargo, ellos tenían la humildad para reconocer la necesidad de Dios y la disposición para dejar todo lo que tenían y seguirle. ¿Para qué? "los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi Nombre." (NVI) "Los comisioné". El verbo "comisionar" en otras traducciones está expresado como "los designé" ó "los he puesto" ó "los he preparado". (Para los que manejan Internet, hay un programa gratuito llamado e-Sword, con un sin número de traducciones de la Biblia). Creo que la cita "los he preparado para que vayan y den fruto" refleja más cercanamente lo que el Señor quiso darnos a entender. Cuando Él nos escoge, Él mismo se encarga de prepararnos. Esto manifiesta algo que ya está en pasado, está hecho. Él se hace responsable y lo hace a través del Espíritu Santo. Aparecen dos verbos más en este caso: puedan estar, poder y estar. Pero lo interesante de esto es la conjugación "puedan estar yendo". En castellano esa conjugación se llama gerundio y gerundio es un verbo que no tiene una conjugación delimitada por el tiempo; por eso dice: - para que ustedes puedan estar yendo -. Es decir, tiene continuidad; y - fruto puedan estar llevando -. Lo que quiere decirnos el Señor es que nuestro encargo, nuestra comisión de llevarle un mensaje de salvación a alguien es algo que se tiene que estar haciendo en el diario vivir: en lo que estamos haciendo, estando trabajando, andando en la micro, estando en el metro, yendo de camino a algún lado, jugando tenis, jugando a la pelota, etc. En cuanto a fruto vemos que el manzano da manzanas, el membrillo da membrillo; entonces, el discípulo lo que tiene que dar es discípulo. Estoy convencido que todos hemos sido escogidos, tenemos la garantías de esos frutos y solamente por una cuestión de disposición o de no creer es lo que nos limita para poder dar fruto. Cuando dice "toda semilla que cayó en buena tierra produce a uno, a treinta y a ciento por uno" es porque hay fruto. Yo sé que hay muchas circunstancias, estilos o formas de vida que el mundo nos impone a través de la televisión y de todos los medios de comunicación que nos hacen perder un poco el propósito para el cual hemos sido escogidos para su gloria. Y con tristeza vemos que hay muchas personas que, en vez de dar frutos, se van echando a perder y terminan siendo ramas para la hoguera. Pero la buena noticia es que lo que necesitamos para poder dar frutos ya lo tenemos y lo que debemos hacer es accionar. Revisemos el caso de Moisés, con una autoestima muy baja y que fue capaz de negarse cinco veces al mandato de Dios. Moisés, dejando la casa de Faraón para visitar a sus hermanos encuentra a dos israelitas que estaban discutiendo, al tratar de apaciguarles uno de ellos le dice: - quién eres tú, quién te ha puesto por príncipe sobre nosotros, quién eres tú para irnos a decir cómo nosotros tenemos que comportarnos, acaso me vas a matar igual como lo hiciste con el egipcio -, haciendo referencia al egipcio muerto por Moisés. Por su autoestima tan baja, entra en él un espíritu de temor que lo hace huir y no saber nada más sobre lo que tenía que ver con su pueblo, los israelitas. Sin embargo, Dios lo había escogido, veamos su conversación: Éxodo 3:6-10 "Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel." 1ª negación: Éxodo 3:11 "Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?" La respuesta de Moisés es exactamente la pregunta que le hizo el hebreo años atrás cuando arrancó de Egipto. A pesar de lo extraordinario del encuentro apareció el temor. Qué pasaría si Dios se nos apareciera a cada uno de nosotros para encomendarnos de que vayamos y demos fruto. Me pregunto ¿tendríamos alguna duda de obedecerle? para Moisés, eso no fue suficiente. Pacientemente el Señor le dice en Éxodo 3:12 "Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte." 2ª negación: Éxodo 3:13 "Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?" Su temor no era por quién era Él sino por qué lo había enviado. Bueno, el Señor es misericordioso y paciente, y respondió Dios a Moisés: "YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos. Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto; y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel. Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová el Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehová nuestro Dios. Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte. Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir. Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías; sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huésped a alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojaréis a Egipto." (Éxodo 3:14-22) Dios le profetizó todo lo que iba a ocurrir y Moisés todo lo que tenía que hacer era creerle y avanzar. Aun así, se niega. Pienso, cómo habrá estado el corazón de este hombre para que Dios mostrando y diciendo lo que iba a pasar; aún en su corazón tenía el temor. 3ª negación: Éxodo 4:1 "Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová." Bendita la paciencia del Señor después de la cuarta excusa, pueden creer que le da una explicación sin alterarse: "Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. El le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella. Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano. Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Le dijo además Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve. Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne. Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera. Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y se cambiarán aquellas aguas que tomarás del río y se harán sangre en la tierra." (Éxodo 4:2-9) 4ª negación: Éxodo 4:10 "Entonces dijo Moisés a Jehová: !!Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua." Todavía tenía paciencia Dios y le responde: "Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar." (Éxodo 4:11-12) 5ª negación: Éxodo 4:13 "Y él dijo: !Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar." "Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón." (Éxodo 4:14) Así como lo hizo con Moisés para capacitarle y hacerle experimentar y, de ese modo, sacar a su pueblo. Nosotros hoy tenemos que ir y liberar a los que están cautivos en este mundo. Es la misma encomienda: libertar y atraer aquellos que han de ser salvos. Dios quiere escoger y quiere que tú seas parte de ello y ser el canal a través del cual pueda bendecir. Escrito por Carlos Mouat

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