martes, 20 de septiembre de 2016

CONFIANZA EN DIOS EN TIEMPOS DIFÍCILES


Introducción: Cuando el apóstol Pablo estaba prisionero con Silas por predicar la fe en Jesús, en el calabozo de más adentro de la cárcel de Filipos, con los pies en el cepo y sus espaldas heridas por los azotes, “a medianoche comenzaron a cantar a Dios y los presos los oían… entonces de repente sobrevino un gran terremoto, y al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron”, cuando el panorama es oscuro y complicado, en necesario depositar nuestra confianza en Dios…


I. LA REALIDAD DE LAS PRUEBAS O CRISIS.  

A. Aparecen por voluntad de Dios o por nuestras malas decisiones,      Lc. 23: 26-27. 
Nota: El momento de la crucifixión del Señor era doloroso para todos: para Jesús, para los discípulos, y para las multitudes que seguían al maestro, pero Jesús estaba haciendo la voluntad del Padre: entregar su vida en sacrificio por nosotros, pero en otras ocasiones nuestra vida vive momentos críticos, porque tomamos malas decisiones (no son pruebas, sino consecuencias), por ejemplo Moisés no entró a la tierra prometida por golpear la Roca.
 

CONFIANZA EN TIEMPOS DIFÍCILESB. La comunión con Dios nos fortalecerá en medio de las pruebas, Lc. 23: 28-31.                  

Nota: Jesús a quienes están llorando les dice: “clamen por ustedes, y por sus hijos”… pues si esto hacen con el árbol verde, cuánto peor será lo que harán con el seco?” es como decir: “si esto hacen con el inocente, que pasará con los culpables?” pues Jesús está profetizando aquí, lo que vendrá, es decir tiempos de destrucción para Jerusalén… La comunión sincera con Dios les iba a fortalecer en medio de esa futura situación (vemos que Jesús las llama: “Hijas de Jerusalén”, vrs. 28, pues no venían de Galilea, eran observadoras locales, sus lágrimas eran de dolor por el sufrimiento del reo, no de arrepentimiento). Te invito a leer más respecto al sacrificio del Señor en: "Crucifixión y Muerte De Jesús".
 
Nota: Es fundamental sostener nuestra comunión con Dios en todo tiempo, por eso el apóstol Pablo también nos dice: “fortaleceos en el Señor, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y permanecer firmes”.     

II. EL TEMOR DE DIOS ES UNA FORTALEZA EN MEDIO DE TIEMPOS DIFÍCILES.           

A. A veces nuestros tiempos son humanamente incomprensibles, Lc. 23: 32-43.  

Nota: Sin duda, éste momento era difícil de entender para la multitud y para los discípulos, para su madre y sus hermanos. Podemos considerar varias razones para pensar así:
1. ¿Por qué morir de manera tan deshonrosa, y en medio de criminales?
2. ¿Por qué ahora, en la plenitud del ministerio?
3. ¿Por qué ahora, cuando hay tanto por hacer y tanto que conquistar?
4. ¿Por qué si sólo lleva tres años con sus discípulos?
Y seguramente muchas otras preguntas, pero la voluntad de Dios estaba detrás de todo esto, finalmente Dios sabía lo que estaba haciendo, aunque en la tierra no se entendía lo que estaba pasando en el momento.
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B. El temor de Dios nos fortalecerá y nos llevará al propósito de Dios, vrs. 40.            
Nota: La Biblia dice que: “el temor de Dios es el principio de la sabiduría”, “el temor de Dios es un tesoro”, el temor de Dios debe ser la pareja inseparable de la fe, veamos Hebreos 11:7 (Noé no entendía, no veía, pero creyó, y con temor de Dios construyó por 120 años el arca). El temor de Dios te hace pensar: “no entiendo, pero creo. No comprendo, pero confió en Su amor y Su cuidado, no entiendo lo que está pasando, pero le seguiré, no comprendo, pero voy a obedecerle”.  
III. LA CONFIANZA EN DIOS, SIEMPRE TRIUNFARÁ.            
A. Dios siempre nos impulsa hacía el cumplimiento de su voluntad, Lc. 23:44-46.                   
Nota: Dios usará muchas cosas para llevarnos al cumplimiento de su plan, algunas dolorosas como ésta (la crucifixión). Nuestra vida puede experimentar cambios repentinos, incomprensibles, difíciles, quizá dolorosos, pero siempre al final comprobaremos una cosa: Dios es bueno. Jesús dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” la palabra encomiendo es traducida del griego “paratithemi” que también significa: poner cerca de, encomendar, confiar, ofrecer, depositar. Jesús depositó, ofreció o confió su vida totalmente en las manos de la voluntad del Padre celestial.      
B. Cuando tú confías en Dios, la creación, el reino espiritual, y los hombres glorificarán al Señor, Lc. 23:47-49.    
Nota 1: El centurión romano (un gentil, capitán de 100 soldados romanos) “dio gloria a Dios diciendo: Verdaderamente éste hombre era justo”. Toda la multitud que le seguía y sus conocidos que venían desde Galilea, vieron lo sucedido: Jesús había muerto. Sin embargo, Jesús confió en su Padre celestial, confió en Sus promesas (que al tercer día lo levantaría de entre los muertos) y tres días después, ángeles y demonios, discípulos y seguidores, eran testigos de su victoria sobre la muerte, Cristo había resucitado. 
Nota 2: Fueron días difíciles para los discípulos (soledad, fracaso, desanimo…), y aún para las multitudes, pero eran tiempos de cambio (a veces no entendemos los cambios a los cuales Dios nos somete, pero él sabe lo que hace, era necesario lo que estaba sucediendo). Pues nacería la Iglesia del Señor, vendría el derramamiento del Espíritu Santo, los apóstoles y la iglesia caminarían en nuevos niveles de unción, poder y autoridad, el evangelio llegaría a los confines del mundo conocido.
Conclusión: Dios sabe lo que hace, todo está en sus manos y en esa verdad, deben descansar nuestros corazones… debemos confiar en el Señor en medio de los tiempos difíciles, con temor de Dios conducirnos en nuestra vida, y con la confianza de que Dios, nuestro Dios todopoderoso, continua en Su trono gobernando y tiene el dominio de todas las cosas.

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria

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