Efesios 1:4a según nos escogió en él antes de la fundación del mundo…
La alabanza de Pablo por las grandes bendiciones de Dios se ve en este versículo por el privilegio de tener la bendición de haber sido escogido por Dios mismo, a través de Cristo, para ser muy especiales para él, para ser santos, dignos hijos representantes de su padre Dios.
Esta alabanza de Pablo prosigue en su pensamiento y
dice que Dios nos escogió en él antes de la fundación del mundo. Dios tiene toda la potestad para elegir
y él tomó la iniciativa para salvar al
ser humano. El autor de la salvación es…el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo (versículo 3a). Dios es soberano y él inicia toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo (versículo 3b) decidiendo
salvar al ser humano. Observando bien,
toda bendición espiritual se hace realidad en Cristo.
Dios escoge en Cristo desde antes de la fundación
del mundo. Esto quiere decir que la salvación no fue producto de una emergencia
ante el pecado y rebelión del ser humano. No es que Dios se vio en apuros ante
la desobediencia humana. Dios tiene todas las cosas en control. El propósito de
salvación es eterno, el amor de Dios es eterno como él es eterno.
Dios quiere salvar a cada persona, pero no todos
aceptan su gracia. Dios escoge en Cristo, únicamente mediante la fe en él.
Cuando cada persona en forma personal acepta la gracia de Dios que es en
Cristo, pasa a ser miembro de los elegidos de Dios. Esto habla de un acto
soberano de Dios. Esto no es predestinación. Se entiende la elección como la
iniciativa soberana de Dios en traer a los seres humanos a la fe en Cristo, lo
que trae como resultado una relación especial con Él.
Gracias a la amorosa voluntad de Dios, manifestada
en Cristo Jesús para toda la humanidad: Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a
su Hijo al mundo para condenar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del
unigénito Hijo de Dios. Juan 3:16-18.
Este acto divino no está basado en los escogidos,
ni en los méritos que tuvieran. Este acto es una expresión de la libre voluntad
de Dios. Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la
carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo
escogió Dios, para avergonzar a los
sabios; y lo débil del mundo escogió
Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió
Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie
se jacte en su presencia. 1 Corintios 1:26-29. Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo... v.3a.
Dios te siga bendiciendo
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