El apóstol Santiago comienza el capítulo 4 de su carta a los judíos con una pregunta interesante: ¿de dónde vienen los pleitos y las guerras? ¿Alguna vez te habías preguntado esto? Todo lo que somos y hacemos nace de decisiones que surgen de nuestro corazón, de nuestros deseos y anhelos. Santiago nos dice que algunos motores que pueden dirigir nuestra vida pueden ser la codicia, la envidia o nuestros deseos de gastar en placeres sensuales o en deleites egoístas. Después de mencionar esto hace una pregunta más: ¿no saben que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Las preguntas que surgen al leer esto son ¿qué es el mundo? ¿cómo hacemos amistad con el mundo?, y aún más ¿cómo puedo hacer amistad con Dios?
EL MUNDO: La palabra “mundo” aparece más de 200 veces en la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
En muchas ocasiones hace referencia al planeta Tierra,
pero en 1a Juan 5:19 dice: “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está
bajo el maligno.” El mundo es el lugar a donde fue enviado Satanás a esperar su
juicio, es el lugar donde está establecido su reino de tinieblas y perdición.
1a Timoteo 1:15 dice: “que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores…”
y Efesios 2:1-3 dice que “él nos dio vida cuando estábamos muertos en nuestros
delitos y pecados en los cuales anduvimos en otro tiempo, siguiendo la
corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad (autoridad) del
aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los
cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra
carne, haciendo la voluntad de la carne y los pensamientos…”. El
mundo representa a Satanás y a todo lo que se opone a Dios y su Palabra,
es todo aquello (personas, cosas o experiencias) que nos impulsa a satisfacer
nuestros deseos desordenados de la carne y nuestros pensamientos equivocados
por encima de buscar y agradar a Dios. De ahí que la Biblia diga que la amistad
con el mundo es enemistad contra Dios. Amistad
con el Mundo. Desarrollamos una amistad con alguien cuando después de pasar
tiempo con él nos damos cuenta que tenemos intereses en común y que disfrutamos
de su compañía. Una vez que lo notamos decidimos apoyarlo, buscamos coincidir
con él y estamos dispuestos a hacer esfuerzos extras por agradarlo y conocerlo
más. ¿Se parece esto a la relación que llevas con Dios o a la que llevas con
cualquier otra persona, hábito o experiencia que no sea Dios? Para hacer
amistad con el reino de las tinieblas solamente necesitas no invertir tiempo
con Dios, ¡así de fácil! El mundo se encargará del resto, te presentará
personas que satisfagan tus deseos carnales, te llenará la mente con
pensamientos egoístas, te abrazará con hábitos y adicciones, te robará el
corazón con falsas historias de amor, te enseñará riquezas que puedas codiciar
y envidiar y dirigirá toda la fuerza de la corriente del mundo en tu dirección
para que no tengas que esforzarte mucho en ser “como todos los demás”, cuando
menos te des cuenta el reino de las tinieblas dirigirá tu vida ahogando tu
deseo de conocer a Dios, como lo dijo el apóstol Pablo en la carta a los
Efesios, el espíritu de desobediencia morará en ti.
AMISTAD CON DIOS
Dios te anhela celosamente,
esto quiere decir que tiene un grandísimo deseo e interés por ti y anhela que
todo tu afecto y deleite lo tengas en Él. Hace algunos años escuché a un
predicador mencionar que los hijos deletreaban el amor de sus padres como: T I
E M P O. Proverbios 23:26 nos deja ver el corazón de Dios diciéndonos: “Dame
hijo mío tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos.” Dios quiere tu corazón
para llenarlo de su amor y de su vida, quiere enseñarte la razón por la cual te
creó, quiere llevarte a que tengas una vida plena y abundante y como dice el
Salmo 138:8 quiere cumplir su propósito en ti. Solamente existen dos reinos
bajo los cuales puedes vivir: el de Satanás (el mundo) o el de Dios. No hay de
otra, o estás con Dios o sin Él, o sus principios dirigen tu vida o lo hace el
mundo, o su amor llena tu corazón o vives desesperado por tratar de llenarlo
con lo que el mundo te da, o te sientes lleno de vida o te sientes hueco e
incompleto. ¡No hay otra posibilidad! Eres amigo de Dios o amigo del mundo.
QUIERO SER AMIGO DE DIOS
Si te has dado cuenta que la cantidad de tiempo que
inviertes con Dios es muy poca y que los anhelos por agradarte a ti y a los
demás están por encima de querer conocer y agradarlo a Él, necesitas poner
atención a los siguientes puntos y decidir hoy en tu corazón si serás o no
amigo de Dios. El querer se demuestra
con el hacer, la fe se manifiesta en nuestras acciones:
1) SOMÉTETE
A DIOS. Si Dios es tu Señor debes vivir de acuerdo a las reglas
(mandamientos) y principios de su Reino. Lo primero que necesitas hacer es en
una oración entregarle tu corazón a Jesús y decirle que venga a ser el Señor de
tu vida, lo que sigue inmediatamente después es pedirle que te revele su
carácter mediante la lectura de la Biblia y de ahí en adelante debes vivir cada
día leyendo su Palabra, obedeciendo lo que aprendes en ella y cortando con todo
aquello que te aleja de Dios.
2) RESISTE
AL DIABLO. Como todo señor, al diablo no le gusta perder a uno de los
suyos así que ten por seguro que vendrá a buscarte una vez que hayas decidido
comenzar a vivir en el reino de Dios. La Biblia dice que debemos resistirlo.
¿Cómo hacemos esto? El diablo no
puede obligarte a hacer nada ni mucho menos amarrarte y arrastrarte a la fuerza
a su reino, lo que sí puede hacer es enviar personas, hábitos o experiencias
que te estimulen a satisfacer tus deseos de la carne, si logra convencerte sabe
que el pecado dentro de ti te alejará de Dios y entonces sí utilizará toda su
fuerza para reconquistar tu corazón.
3) LIMPIA
TUS MANOS Y TU CORAZÓN. Para no
caer en las tentaciones del diablo necesitas adoptar la disciplina de
mantenerte limpio y cuidar tu corazón. Tu corazón es contaminado a través de lo
que escuchas y ves. Analiza seriamente qué estás viendo y con quién te estás
juntando, comienza a leer la Palabra, a asistir a una iglesia, rodéate de
amigos que amen a Dios. Si alguna vez pecas, tan pronto sientas la culpa en tu
corazón, ahí mismo sin dejar pasar más tiempo haz una oración y pídele perdón a
Dios, acepta su amor y sin escuchar los pensamientos de condenación del diablo,
ponte de pie y sigue viviendo conforme a lo que Dios te ha enseñado.
4) HUMÍLLATE
DELANTE DEL SEÑOR. La palabra humillarse no es de nuestras favoritas,
humillarse es rendirse a alguien es dejar que tu amor propio y tu dignidad
pasen a segundo plano para dejar que el amor de Dios rija tu vida y tus
emociones. Es dejar de ver por lo tuyo y comenzar a ver por Él. La fuerza que
tanto anhelas para vencer el pecado y vivir en libertad es llamada en la
Biblia: LA GRACIA DE DIOS. Y
este capítulo nos dice que su gracia es para los humildes, los que cada día
buscan a Dios y leen su Palabra reconociendo con sus acciones que necesitan un
salvador, que no son dueños de sí mismos sino que tienen un Señor que los
dirige.
Conclusiones
No hay mejor conclusión de este tema que lo que
Santiago nos dice en el versículo 8: Acércate a Dios y Él se acercará a ti. El
que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es considerado pecado. No hay mayor
bien que orar, buscar a Dios y leer su Palabra con el firme propósito de
conocer su corazón y su carácter para aplicarlo en nuestras vidas. Haz el bien,
decídete a ser un amigo de Dios.
IDEAS
PARA TU ORACIÓN DE HOY
1. Ponte a cuentas con Dios, ábrele tu corazón,
pídele perdón si te has dado cuenta que no estás viviendo como amigo de Él y
dile de qué maneras comenzarás a partir de hoy a demostrarle que estás
fírmemente decidido a ser su amigo. Habla con Él como con un amigo, entrégale
el control de tu vida, pídele su gracia para resistir al diablo, confiesa tus
pecados y humíllate delante de Él.
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