Estaba leyendo la Biblia en el libro de Génesis,
cuando me encontré en el capítulo 32 en donde pelea un varón (Dios) con Jacob,
y yo miraba como Jacob estaba provocando a este varón para que le diera una
bendición. Y a como se ve el varón no le iba a dar nada a Jacob, pero él peleo
(Provoco) a aquel varón para que le diese la bendición.
1. Podemos provocar a Dios por medio de la
perseverancia
“24 Así se quedó Jacob solo; Y lucho con él un varón
hasta que rayaba el alba. 25 y cuando El varón vio que ya no podía con él,
toco en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyunto el muslo de Jacob
mientras con él luchaba. 26 Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le
respondió; No te dejare, sino me bendijeres. 27Y el varón le dijo ¿Cuál es tu
nombre? Y él respondió: Jacob. 28 Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre
Jacob, sino Israel; Porque has luchado con Dios y con los hombres y has
vencido.”
Aquí nosotros miramos que sucedieron una serie de
cosas:
* Miramos que Jacob lucho (provoco)
* El varón le dijo que lo dejara ir, pero Jacob se
aferró
* La perseverancia de Jacob, produjo una
transformación
* De Jacob (engañador) a Israel (El que pelea con
Dios)
Jacob antes de su experiencia con Dios, se llamaba
“Engañador” esto quiere decir que a Dios no le importa lo que tu fuiste antes
de tener tu encuentro con él. Si no en lo que el te va a transformar.
Otro punto que es de mucha importancia es: La
perseverancia de Jacob. Hay muchos que oran, solo un momento y después ya se
les olvida lo que habían dicho, Y jamás vuelven a orar por aquella petición.
Pero no así con Jacob, él fue perseverante. Sin importarle nada mas que recibir
la bendición de Dios.
Esto nos enseña que hay necesidad de ser
provocativos, hay que provocar a Dios para que él nos dé la bendición. A través
de la adoración, la oración, el ruego, y la suplica. Pero hay que hacerlo hasta
que tengamos resultados, no importa si nos llaman impertinentes, aferrados.
Esto nos lleva a una historia de la Biblia que nos anima a ser así.
2. Podemos provocar a Dios por medio de la
insistencia
“2 Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios,
ni respetaba a hombre. 3habia también en aquella ciudad una viuda, la cual venía
a él; diciendo: Hazme justicia de mi adversario.4 Y el no quiso por algún
tiempo; pero después de esto dijo entre sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo
respeto a hombre. 5 Sin embargo, porque esta viuda me es molesta (me provoca) le
haré justicia, no sea que (persevere) viniendo de continuo me agote la
paciencia” (Lucas 18:2-5)
Este relata nos muestra la gran importancia que
tiene la perseverancia, ser insistente, ser latosos. Hay que dar lata hasta que
se nos haga lo que nosotros necesitamos. Hay que provocar a Dios hasta que
nosotros obtengamos lo que él tiene para nosotros. Yo quiero que hoy cuando usted
salga de este lugar que usted sea un provocador cuando las cosas no salen como
usted quiere, este es el momento de provocar a Dios, cuando tu tienes problemas
matrimoniales, cuando tus hijos son rebeldes y no quieren nada con Dios. Este
es el momento en que hay que ser como aquella viuda, insistentes,
impertinentes. De modo que obtengamos lo que queremos que haga Dios por
nosotros.
3. Podemos provocar a Dios por medio de la
obediencia
“Entonces una nube cubrió el tabernáculo de
reunión, y la gloria de Jehová lleno el tabernáculo. Y no podía entrar Moisés
en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de
Jehová lo llenaba” (Éxodo 40:34-35)
Aquí nosotros miramos que Moisés provoco que la
nube (La gloria de Dios) se derramara en el tabernáculo, a causa de que él
había obedecido a Dios en lo que Dios le había pedido que hiciera y que lo
hiciera exactamente como dios se lo había mandado.
Cando tu y yo obedecemos a Dios en lo que él nos
manda y exactamente como Dios nos lo manda entonces tú y yo también como Moisés
haremos que baje la gloria de Dios en nuestros hogares, en los trabajos, en la
iglesia.
4. Podemos provocar a Dios por medio de la
necesidad
Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde
hacía 12 años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenia, y por ninguno
había podido ser sanada, pero cuando ella había escuchado de un hombre llamado
Jesús. Ella quizás dijo en su corazón: Si tan solo yo pudiera tocar el borde de
su manto, yo sería sana. Muchos rodeaban a Jesús pero ninguno de ellos pudo
sacar nada de él. Porque yo creo que según la fe y la necesidad de cada persona
es como se provoca a Dios para que aquello que necesitamos se haga. Hay algunos
que habían llegado a ver a Jesús solo por curiosidad, otros quizás para ver que
se siente al estar cercas de él.
Pero esta mujer sin hacer mucho ruido, ni tampoco
darse a conocer, fue la que obtuvo lo que andaba buscando.
La Biblia también nos habla en el libro de Éxodo
3:23-25
“Aconteció que después de muchos días murió el rey
de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron;
y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y oyó Dios, el
gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac, Jacob. Y miro Dios
a los hijos de Israel, y los reconoció Dios.”
Aquí nosotros podemos ver que el pueblo de Israel,
ya estaba cansado de la esclavitud, y
que los ancianos no cesaban de cesar para que Dios pudiera liberarlos de esa
horrenda manera de vivir. Y en una de estas ocasiones de clamor, Dios hizo acto
de presencia y la Biblia dice que él:
1. Los oyó, 2. Se acordó, 3. Los miro, 4. Los
reconoció
Por esto es que nosotros necesitamos insistir hasta
que se haga lo que nosotros necesitamos, ¿acaso esta Dios sordo? NO pero
necesitamos perseverar, Dios tiene tres maneras de contestar a nuestras
peticiones:
1. Si, 2. No, 3. Espera
Hay veces que nosotros no estamos satisfechos, si
es que la respuesta a nuestra petición no es SI. Y nos empezamos a desesperar,
Hay que saber esperar en Dios. El salmista dijo. “Confiadamente espere en
Jehová y el me oyó” Salmos 40:1
Y si la respuesta es NO, es que no nos conviene.
Pero nosotros seguiremos como la viuda aferrados a que Dios nos bendecirá.
Conclusión
Yo te invito hoy amado, a que tu aprendas a
provocar a Dios, para que así tu también como Jacob seas transformado
Héctor Rodríguez
11 julio, 2012
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