Es inevitable guardar silencio a pesar, que los seres humanos en su humanidad no toleran la corrección en su gran mayoría, y menos aún nosotros los cristianos en nuestra propia verdad, en nuestra FE perfecta e inequívoca. Es inevitable callar al escuchar como muchos hermanos toman la palabra (La Biblia) tan literalmente o aceptan todo lo que escuchan, sin siquiera meditar, analizar o escudriñar más afondo las sagradas escrituras y el mundo que les rodea.
Disfrutando de un delicioso café en mi hogar con unos hermanos del templo y familiares, salió de la nada el tema de que a un conocido lo atormentaban maldiciones generacionales de pobreza y condiciones cardiacas. Guarde silencio y me dedique a escuchar detenidamente, y al terminar la velada tome la Biblia, y he aquí el resultado.
Cada ser humano a través de los tiempos Fue, Es, y
Será responsable de sus propios actos. Bíblicamente aún no he encontrado
evidencia alguna en donde Dios maldiga generacionalmente al hombre por su
conducta, por gusto o diversión, aun menos En El Nuevo Pacto. Menos aún, cuando
ha dado a su hijo para morir por nosotros y cargar nuestros pecados y más allá
de lo incomprensible. Esta situación lamentable en la que vivimos creyendo en maldiciones
generacionales, es más bien el producto de la ignorancia y la religiosidad, que
invade nuestros templos y que lamentablemente hay que señalar que muy pocos
ascenderán al cielo, pues escrito esta “Mi pueblo perece por falta de
conocimiento”, no pretendo que compartas esta idea pero no he dicho nada que no
este escrito.
Aunque muchos se sujetan de: EXODO 34:5 al 7 34:5 Y
Jehová descendió en la nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de
Jehová.
34:6 Y pasando Jehová por delante de él, proclamó:
¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande
en misericordia y verdad;
34:7 que guarda misericordia a millares, que
perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por
inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y
sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.
Si ese es el caso, entonces por demás murió Cristo
en la cruz y el nuevo pacto debe ser abolido. Para aclarar este interesante
tema miremos más adelante y verán lo fascínate que es.
Oseas 4:6. “Mi pueblo fue destruido, porque le
faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del
sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus
hijos”. Oseas 4:6. Una traducción más apegada al original dice: “Mi pueblo es
destruido por falta de conocimiento. Porque rechazaste el conocimiento”.
Amado Hermano, Te pregunto antes de continuar. La bendición
y la Maldición también se escogen o no?
Veamos que dice Deuteronomio 11:26-28
“He aquí yo
pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si
oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la
maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os
apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que
no habéis conocido”.
"¡La bendición y la maldición también se
escogen! Dios las ha puesto delante de nosotros."
Digamos que un padre de familia es alcohólico y que
su hijo recibe un sorbo de cerveza por lo lindo que se ve cuando se apretuja y hace reír la familia.
Más sencillo aun, ese niño ya es joven y su padre lo induce al alcohol; padre
que fue inducido por el abuelo; que beber caña era de hombres en la década de
los 40 y 50s, es obvio que será alcohólico si adopta ese patrón. Es claro ver, que Dios no los maldijo porque
su abuelo ni su padre no le sirven, es simplemente que el tomo la decisión de
ingerir bebidas alcohólicas y perdió el control. El producto de sus propios
actos. Ahora te pregunto, Si rompemos con el alcohol en nuestros
hogares, y en cambio nos dedicamos a comer fast food, (Comida chatarra) acaso
Dios nos maldecirá con el colesterol?
Porque te aseguro que he conocido abuelos hijos y nietos todos obesos y
con alta incidencia de diabetes y no por maldiciones generacionales más bien
por decisiones equivocadas, falta de ejercicio y mala alimentación, siendo
productos de problemas cardiacos por generaciones y una carga para la salud
gubernamental y sus contribuyentes. Resultado de aquel dicho de las abuelas
"Bendito que flaquito, engúllele comida pa' que engorde" porque gordo
es sinónimo de salud. Sin embargo no debe confundirse lo que son conductas que
se repiten por aprendizaje e influencia del ambiente en que se desarrolla el
individuo con la creencia de que existen maldiciones en el plano espiritual que
pasan de una generación a otra. En realidad esta es una creencia totalmente
ajena a la enseñanza bíblica. Es cierto que el pecado trae consecuencias sobre
la vida de una persona, y hasta cierto punto es una maldición. Es cierto
también que el pecado puede afectar a otras personas cercanas. Pero no es
correcto bíblicamente afirmar que por causa de los pactos y ataduras
espirituales de los padres, los hijos resultan herederos de los mismos. Y esto
es más cierto aun cuando se trata de personas que han nacido de nuevo. La
sangre de Jesucristo limpia por completo la vida de una persona, le convierte
en nueva criatura y templo del Dios viviente. El creyente además es trasladado
del reino de Satanás a la potestad de Dios. El afirmar que un redimido puede
heredar las maldiciones de sus antepasados, es negar el poder y la efectividad
del sacrificio de Jesucristo y las promesas que nos han sido dadas
Ahora bien
estudiemos de donde sale esta creencia. Es sorprendente que la evidencia
bíblica que suelen utilizar maestros y pastores
para justificar esta enseñanza provenga básicamente de un solo verso de
la Biblia. Que ya de por sí esto nos debe poner en alerta inmediata con
respecto a esta enseñanza. Construir una doctrina sobre un solo versículo de la
Biblia va en contra de las reglas básicas de la hermenéutica. Y más aún cuando
este solo versículo tomado como base fundamental, se utiliza sacándolo fuera de
su contexto como siempre para justificar un pretexto. El pasaje es el de Éxodo
20:5 dice:
Éxodo 20:5 “No te inclinarás ante ellas, ni las
honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de
los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me
aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis
mandamientos.”
Este pasaje, en primer lugar y para comenzar, no
está hablando de maldiciones heredadas o generacionales. Se refiere al castigo
de Dios sobre quienes le aborrecen y rechazan sus leyes y preceptos. Note usted
con sumo cuidado que la maldad hasta la tercera y cuarta generación es sobre
quienes le aborrecen. ¿Podemos aplicar esto a los redimidos? ¿Somos nosotros
los creyentes los que aborrecemos a Dios? Sin duda el pecado acarrea
consecuencias, y las mismas pueden afectar la vida de una persona y la de sus
descendientes. Pero en Cristo Jesús toda maldición es cancelada y todo pecado
borrado a través de su sacrificio expiatorio. El creyente es nueva criatura;
las cosas viejas pasaron y todas son hechas nuevas (2 Co. 5:17).
Antes de terminar quiero llevar te a un interesante
versículo que dice así, en el libro de Gálatas
Capitulo 3: 13 13. Cristo nos
redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está
escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
Una vez expuesto este pequeño análisis, te invito a
tomar la Biblia en:
Ezequiel 18:20 18:20 La persona que peca, esa
morirá; el hijo no cargará con las culpas del padre, ni el padre cargará con
las culpas del hijo. Sobre el justo recaerá su justicia, y sobre el malvado, su
maldad.
Deuteronomio 24:16 24:16 Los padres no morirán por
culpa de los hijos ni los hijos por culpa de los padres. Cada cual morirá por
su propio pecado.
2da de Reyes 14:6 14:6 Pero no hizo matar a los
hijos de los homicidas, cumpliendo lo que está escrito en la Ley de Moisés,
donde el Señor prescribió lo siguiente: "No se hará morir a los padres por
las culpas de los hijos, ni a los hijos por las de los padres, sino que se hará
morir a cada uno por su propio pecado".
2da Crónicas 25:4 25:4 Pero no hizo morir a los
hijos de ellos, cumpliendo lo que está escrito en la Ley, en el libro de
Moisés, donde el Señor prescribió lo siguiente: "Los padres no morirán por
las culpas de los hijos, ni los hijos por las de los padres, sino que cada uno
morirá por su propio pecado". Una
vez hemos estudiado estos versículos podemos entender claramente que ante las
creencias erróneas y torcidas de educadores y pastores confundidos o imponentes
en su propia verdad o concupiscencia. Podemos vencer los errores y la
religiosidad, que tanto destruye nuestra iglesia. Espero que hoy sea un nuevo amanecer
en tu vida libre de "maldiciones".
Mas aquellos que lo necesiten declaro que desde hoy sean libres de toda
creencia errónea generacional.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario