martes, 29 de noviembre de 2016

EN LA PRESENCIA DE DIOS

Adán y Eva tuvieron comunión íntima en la presencia de Dios antes de la caída (Génesis 3:8). Desde ese momento, el pecado ha impedido nuestra capacidad para estar en la presencia física de Dios (Éxodo 33:20). Ahora sólo los santos, y los ángeles sin pecado, están en la presencia física de Dios (Lucas 1:19). Pero los cristianos tenemos la presencia de Dios dentro de nosotros gracias a que el Espíritu Santo habita en nosotros (Juan 14:23; 15:4), y esa presencia sólo viene a través de la fe en el Señor Jesucristo.

Somos conscientes de la realidad de esta presencia como resultado de nuestra obediencia a su Palabra. "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable" (1 Pedro 2:9). Fijémonos que Pedro dice "linaje escogido . . . adquirido por Dios". Si nosotros fuimos adquiridos por Dios, ¿no estará Él presente entre nosotros? Nosotros nunca perdemos la realidad de la presencia de Dios, no importa cuán terrible sea nuestro fracaso; nunca el exceso de nuestro pecado nos hará perder nuestra salvación; nunca nos hundiremos tan lejos como para alejar el Espíritu Santo. Podemos hacer que Dios se enfade por nuestros pecados, pero los verdaderos creyentes nunca pierden la presencia del Espíritu Santo. Pese a que nunca perderemos la realidad de la presencia de Dios, podríamos perder el "sentido" de su presencia.

Inevitablemente, cada hijo de Dios alguna vez pasa por esta sensación de perder la presencia de Dios, similar a un propietario que ha dejado su casa y se ha ido en plan de negocios por un tiempo. Él no ha dejado la casa completamente vacía, porque si así fuera, Él se habría llevado todas sus pertenencias. Pero ya que Él ha dejado todos sus muebles y pertenencias en esa casa, ¿no quiere decir eso que Él volverá otra vez? Cualquier creyente sabe que hay momentos de flaqueza espiritual, cuando quizás el Señor determina probar nuestra fe. ¿No nos empuja Dios a través de las llamas de aflicción para que podamos ser más puros (Job 23:10; 1 Pedro 1:7)?
¡Pero el resultado práctico de estar en la presencia de Dios es el gozo! Muchos cristianos parecen tristes y desanimados porque carecen de este sentido de la presencia de Dios. La comunión es dulce para aquellos que caminan con el Señor en obediencia y en fe. Pero la dulce comunión que viene como resultado de la obediencia y la confianza en el Señor, no es un sentimiento pasajero. Esto es lo que nos sostiene, especialmente durante las pruebas, porque "el gozo de Jehová es vuestra fuerza" (Nehemías 8:10). Jacobo, el hermano del Señor, escribe, "Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas" (Santiago 1:2), porque las pruebas producen fe y desarrollan perseverancia. Cuando perseveramos a través de las pruebas, demostrándonos a nosotros mismos y a los demás que nuestra fe es real, aumenta nuestro sentido de la presencia de Dios, al igual que nuestro gozo.
David habla de un gozo que solo los justos pueden saber (Salmo 16:11) — un gozo que no es sino un anticipo de un gozo mucho mayor y eterno cuando veamos el rostro del Señor en la gloria por venir.






SENTIR LA PRESENCIA DE DIOS APRENDAMOS A BUSCAR LA PRESENCIA DE DIOS, PARA ELLO HACE FALTA INTENSIDAD Y HAMBRE
Tenemos que aprender a buscar la Presencia de dios, para ello hace falta intensidad y hambre.
Después de los temas que se han ido tocando en estas programaciones de hermanas ya hemos hablado un poquito del amor de Dios y la unidad. Todo esto va envuelto en una nube de la presencia de Dios. Con los cinco sentidos que Dios nos ha dado es para discernir todo lo que nos pasa. Generalmente es muy fácil sentir su Presencia cuando todo alrededor es una balsa de aceite, pero decir que estamos sintiendo la Presencia, ¿habiendo disensiones entre los  hermanos? No puede ser en absoluto. Debemos por el Espíritu Santo llegar incluso a corregirnos sin temor de ofensas (si no, no sería por el Espíritu Santo). Humanamente hacemos cosas para imitar que tenemos la presencia, pero esto no lleva a ninguna parte. Si de verdad ofendemos en palabra o en hechos a alguien, la verdadera Presencia hace que rectifiquemos y nos tiremos al suelo para pedir perdón. Hoy el pueblo de Dios en general, no practica el pedir perdón, es más, incluso se le ha olvidado, reconocer sus falta. ¿ Cómo de esta manera intentan hablar del Amor de Dios, de la comprensión? Ante los ojos de Dios, nuestra vidas están expuestas y el día que estemos ante su Persona, Él nos preguntara ¿Qué es lo bueno que no hiciste? ¿No perdonaste? Al perdonar desde lo profundo del corazón, es cuando sentimos de verdad su Presencia. Sin ese perdón no se alcanza la Unidad de las mujeres en el Pueblo de Dios en general.
Todos decimos amar a Dios con todo el corazón (incluso las religiones más importantes) pero lo que nos puede hacer diferentes a los hijos de Dios es la capacidad de perdonar como Jesús. Obedecer su Palabra es la base de una vida congregada y decidida a servirle. No viene la presencia tan fácilmente y sin perdón. Sentir un temblor o un escalofrío no define ni lejos la Presencia. Sin cambiar mi actitud y mis ofensas, mentimos si decimos que tenemos su Presencia. Los demás lo pueden decir según nuestro ejemplo y testimonio. Oír estos temas y no meditarlos en el corazón es como preparar una comida deliciosa y sólo olerla y no probarla. Empezar a reconocer lo vacías que estamos, es lo mejor para pedir perdón nosotros primero.
El Amor de Dios no actúa por libre, es exclusivo del Perdón sin condición. El Perdón de Jesús dice “Ellos no saben lo que hacen…” nos pensamos que a nosotros nos hacen más que al Señor.
La Presencia que se siente al mirar al Dios Vivo es incomparable. La Presencia y el Amor de Dios miran a la derecha donde está el prójimo necesitado.
Mientras uno mira al Cielo sino mira al prójimo no agrada a Dios.
Los sentimientos, las penas son muy traicioneras y no hemos de obedecerlos.
Para sentir su presencia hay que tener la boca cerrada y no considerar los sentimientos que nos rodean.
Su Presencia es pura y se marcha cuando nuestro corazón no reúne los requisitos.
La misma Presencia de Dios no te hace hablar, te hace estar en la prudencia del silencio. Él es justo y no quiere que nos defendamos a nosotros mismos, porque nos equivocaremos seguro.
El Amor de Dios nos limita, es decir, no nos permite muchas cosas. Este nos enseña a caminar en la vida cristiana pero cambiando todo lo viejo. No quiere su Amor dar paso a rebeldías, envidias etc. del pasado.
Si no cambio de verdad no puedo hablar de su Presencia, de experiencias en visiones, todo eso es falso, falso.
Con la Presencia, podemos llegar al final de los días, aunque afligidos, pero con su Presencia.
El Dios bueno hace que en medio de la tribulación y la persecución sintamos el Amor de Dios y su Presencia, como en el caso de los Pastores, tienen sus espaldas cosidas de cuchillos de murmuración, pero el Dios del Cielo se encarga de traer Paz a sus vidas.
La Presencia te prepara para recibir la persecución. No es la misma que tienen los ministerios que el pueblo. En el caso de los Pastores de Samaria, un ángel del Señor le avisó por visión a la Pastora de que venía una prueba muy fuerte a casa, le dijo que estuviera firme y preparada. Esta experiencia, la asustó en principio pero luego le ayudo a estar preparada para recibir el golpe.
Para mantener su Presencia de continuo, Maru no permite nunca, nunca, que le hablen nada malo de ninguna congregación. Si me hablan mal de otra iglesia, seguro que también lo harán de la mía después. Cada pastor dará cuenta de la iglesia que está guiando.
Una congregación sin el Amor de Dios y sin la Presencia crea confusión en la sociedad.
Cuando hay una obstinación en las mentes, es muy difícil entender el camino. Los sentimientos deben quedarse al lado del camino y mirar a la meta solamente.
Su Presencia debe acompañarnos siempre. A veces incluso en lugares que visitamos hemos sentido una mala presencia (del diablo) y esto nos perjudica y debemos salir de ahí.
Las personas Ungidas por su Presencia desprenden una dulzura y una paz que contagia. La Presencia se trasvasa de los Pastores a las personas sensibles al Espíritu.
Las cosas del Espíritu siempre merecen un respeto con temor. A veces el contraste de su Presencia con los sentimientos de las personas crea un contraste muy fuerte; pero nunca debe provocar miedo.
La Presencia es sobrenatural y no hace desfallecer pero no se puede comparar con nada natural. Su Presencia es más que una experiencia es el contacto de lo divino con lo terrenal.
VIVIR Y PERMANECER EN LA PRESENCIA DE DIOS
Hay una manifestación de la presencia de Dios, en la cual, Dios derrama constantemente su atención, su amor, su gracia, su favor, sobre los que lo obedecen, sobre los que le temen, sobre los que le aman, sobre sus hijos. y a esto le he llamado "andar en su presencia", Dios toma un papel maravilloso en la vida de sus hijos, bendiciéndolos, ayudéndolos, abriéndoles camino, protegiéndolos, estando presente en sus vidas, día a día. Es la presencia favorable de Dios manifestada en la vida del creyente.
Éxodo 33:14Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.15Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí
Salmos 140:13 Ciertamente los justos alabarán tu nombre; Los rectos morarán en tu presencia.
Eclesiastés 8:12 Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue sus días, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante su presencia; 13y que no le irá bien al impío, ni le serán prolongados los días, que son como sombra; por cuanto no teme delante de la presencia de Dios.

Lucas 1:76Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos;

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