Adán y Eva tuvieron comunión íntima en la presencia de Dios antes de la caída (Génesis 3:8). Desde ese momento, el pecado ha impedido nuestra capacidad para estar en la presencia física de Dios (Éxodo 33:20). Ahora sólo los santos, y los ángeles sin pecado, están en la presencia física de Dios (Lucas 1:19). Pero los cristianos tenemos la presencia de Dios dentro de nosotros gracias a que el Espíritu Santo habita en nosotros (Juan 14:23; 15:4), y esa presencia sólo viene a través de la fe en el Señor Jesucristo.
Somos conscientes de la realidad de esta presencia como resultado de nuestra obediencia a su Palabra. "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable" (1 Pedro 2:9). Fijémonos que Pedro dice "linaje escogido . . . adquirido por Dios". Si nosotros fuimos adquiridos por Dios, ¿no estará Él presente entre nosotros? Nosotros nunca perdemos la realidad de la presencia de Dios, no importa cuán terrible sea nuestro fracaso; nunca el exceso de nuestro pecado nos hará perder nuestra salvación; nunca nos hundiremos tan lejos como para alejar el Espíritu Santo. Podemos hacer que Dios se enfade por nuestros pecados, pero los verdaderos creyentes nunca pierden la presencia del Espíritu Santo. Pese a que nunca perderemos la realidad de la presencia de Dios, podríamos perder el "sentido" de su presencia.
Inevitablemente, cada hijo de Dios alguna vez pasa por esta sensación
de perder la presencia de Dios, similar a un propietario que ha dejado su casa
y se ha ido en plan de negocios por un tiempo. Él no ha dejado la casa
completamente vacía, porque si así fuera, Él se habría llevado todas sus
pertenencias. Pero ya que Él ha dejado todos sus muebles y pertenencias en esa
casa, ¿no quiere decir eso que Él volverá otra vez? Cualquier creyente sabe que
hay momentos de flaqueza espiritual, cuando quizás el Señor determina probar
nuestra fe. ¿No nos empuja Dios a través de las llamas de aflicción para que
podamos ser más puros (Job 23:10; 1 Pedro 1:7)?
¡Pero el resultado práctico de estar en la presencia de Dios es el
gozo! Muchos cristianos parecen tristes y desanimados porque carecen de este
sentido de la presencia de Dios. La comunión es dulce para aquellos que caminan
con el Señor en obediencia y en fe. Pero la dulce comunión que viene como
resultado de la obediencia y la confianza en el Señor, no es un sentimiento
pasajero. Esto es lo que nos sostiene, especialmente durante las pruebas,
porque "el gozo de Jehová es vuestra fuerza" (Nehemías 8:10). Jacobo,
el hermano del Señor, escribe, "Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando
os halléis en diversas pruebas" (Santiago 1:2), porque las pruebas
producen fe y desarrollan perseverancia. Cuando perseveramos a través de las
pruebas, demostrándonos a nosotros mismos y a los demás que nuestra fe es real,
aumenta nuestro sentido de la presencia de Dios, al igual que nuestro gozo.
David habla de un gozo que solo los justos pueden saber (Salmo 16:11)
— un gozo que no es sino un anticipo de un gozo mucho mayor y eterno cuando
veamos el rostro del Señor en la gloria por venir.
SENTIR LA PRESENCIA
DE DIOS APRENDAMOS A BUSCAR LA PRESENCIA DE DIOS, PARA ELLO HACE FALTA
INTENSIDAD Y HAMBRE
Tenemos que aprender a buscar la Presencia de dios, para ello hace
falta intensidad y hambre.
Después de los temas que se han ido tocando en estas programaciones de
hermanas ya hemos hablado un poquito del amor de Dios y la unidad. Todo esto va
envuelto en una nube de la presencia de Dios. Con los cinco sentidos que Dios
nos ha dado es para discernir todo lo que nos pasa. Generalmente es muy fácil
sentir su Presencia cuando todo alrededor es una balsa de aceite, pero decir
que estamos sintiendo la Presencia, ¿habiendo disensiones entre los hermanos? No puede ser en absoluto. Debemos
por el Espíritu Santo llegar incluso a corregirnos sin temor de ofensas (si no,
no sería por el Espíritu Santo). Humanamente hacemos cosas para imitar que
tenemos la presencia, pero esto no lleva a ninguna parte. Si de verdad
ofendemos en palabra o en hechos a alguien, la verdadera Presencia hace que
rectifiquemos y nos tiremos al suelo para pedir perdón. Hoy el pueblo de Dios
en general, no practica el pedir perdón, es más, incluso se le ha olvidado,
reconocer sus falta. ¿ Cómo de esta manera intentan hablar del Amor de Dios, de
la comprensión? Ante los ojos de Dios, nuestra vidas están expuestas y el día
que estemos ante su Persona, Él nos preguntara ¿Qué es lo bueno que no hiciste?
¿No perdonaste? Al perdonar desde lo profundo del corazón, es cuando sentimos
de verdad su Presencia. Sin ese perdón no se alcanza la Unidad de las mujeres
en el Pueblo de Dios en general.
Todos decimos amar a Dios con todo el corazón (incluso las religiones
más importantes) pero lo que nos puede hacer diferentes a los hijos de Dios es
la capacidad de perdonar como Jesús. Obedecer su Palabra es la base de una vida
congregada y decidida a servirle. No viene la presencia tan fácilmente y sin
perdón. Sentir un temblor o un escalofrío no define ni lejos la Presencia. Sin
cambiar mi actitud y mis ofensas, mentimos si decimos que tenemos su Presencia.
Los demás lo pueden decir según nuestro ejemplo y testimonio. Oír estos temas y
no meditarlos en el corazón es como preparar una comida deliciosa y sólo olerla
y no probarla. Empezar a reconocer lo vacías que estamos, es lo mejor para
pedir perdón nosotros primero.
El Amor de Dios no actúa por libre, es exclusivo del Perdón sin
condición. El Perdón de Jesús dice “Ellos no saben lo que hacen…” nos pensamos
que a nosotros nos hacen más que al Señor.
La Presencia que se siente al mirar al Dios Vivo es incomparable. La
Presencia y el Amor de Dios miran a la derecha donde está el prójimo necesitado.
Mientras uno mira al Cielo sino mira al prójimo no agrada a Dios.
Los sentimientos, las penas son muy traicioneras y no hemos de
obedecerlos.
Para sentir su presencia hay que tener la boca cerrada y no considerar
los sentimientos que nos rodean.
Su Presencia es pura y se marcha cuando nuestro corazón no reúne los
requisitos.
La misma Presencia de Dios no te hace hablar, te hace estar en la
prudencia del silencio. Él es justo y no quiere que nos defendamos a nosotros
mismos, porque nos equivocaremos seguro.
El Amor de Dios nos limita, es decir, no nos permite muchas cosas.
Este nos enseña a caminar en la vida cristiana pero cambiando todo lo viejo. No
quiere su Amor dar paso a rebeldías, envidias etc. del pasado.
Si no cambio de verdad no puedo hablar de su Presencia, de
experiencias en visiones, todo eso es falso, falso.
Con la Presencia, podemos llegar al final de los días, aunque
afligidos, pero con su Presencia.
El Dios bueno hace que en medio de la tribulación y la persecución
sintamos el Amor de Dios y su Presencia, como en el caso de los Pastores,
tienen sus espaldas cosidas de cuchillos de murmuración, pero el Dios del Cielo
se encarga de traer Paz a sus vidas.
La Presencia te prepara para recibir la persecución. No es la misma
que tienen los ministerios que el pueblo. En el caso de los Pastores de
Samaria, un ángel del Señor le avisó por visión a la Pastora de que venía una
prueba muy fuerte a casa, le dijo que estuviera firme y preparada. Esta
experiencia, la asustó en principio pero luego le ayudo a estar preparada para
recibir el golpe.
Para mantener su Presencia de continuo, Maru no permite nunca, nunca,
que le hablen nada malo de ninguna congregación. Si me hablan mal de otra
iglesia, seguro que también lo harán de la mía después. Cada pastor dará cuenta
de la iglesia que está guiando.
Una congregación sin el Amor de Dios y sin la Presencia crea confusión
en la sociedad.
Cuando hay una obstinación en las mentes, es muy difícil entender el
camino. Los sentimientos deben quedarse al lado del camino y mirar a la meta
solamente.
Su Presencia debe acompañarnos siempre. A veces incluso en lugares que
visitamos hemos sentido una mala presencia (del diablo) y esto nos perjudica y
debemos salir de ahí.
Las personas Ungidas por su Presencia desprenden una dulzura y una paz
que contagia. La Presencia se trasvasa de los Pastores a las personas sensibles
al Espíritu.
Las cosas del Espíritu siempre merecen un respeto con temor. A veces
el contraste de su Presencia con los sentimientos de las personas crea un
contraste muy fuerte; pero nunca debe provocar miedo.
La Presencia es sobrenatural y no hace desfallecer pero no se puede
comparar con nada natural. Su Presencia es más que una experiencia es el
contacto de lo divino con lo terrenal.
VIVIR Y PERMANECER EN
LA PRESENCIA DE DIOS
Hay una manifestación de la presencia de Dios, en la cual, Dios
derrama constantemente su atención, su amor, su gracia, su favor, sobre los que
lo obedecen, sobre los que le temen, sobre los que le aman, sobre sus hijos. y
a esto le he llamado "andar en su presencia", Dios toma un papel
maravilloso en la vida de sus hijos, bendiciéndolos, ayudéndolos, abriéndoles
camino, protegiéndolos, estando presente en sus vidas, día a día. Es la
presencia favorable de Dios manifestada en la vida del creyente.
Éxodo 33:14Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.15Y
Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí
Salmos 140:13 Ciertamente los justos alabarán tu nombre; Los rectos
morarán en tu presencia.
Eclesiastés 8:12 Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue
sus días, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los
que temen ante su presencia; 13y que no le irá bien al impío, ni le serán
prolongados los días, que son como sombra; por cuanto no teme delante de la
presencia de Dios.
Lucas 1:76Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; Porque irás
delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos;
No hay comentarios.:
Publicar un comentario