martes, 1 de noviembre de 2016

¿SOY LLAMADO, O SOY ESCOGIDO?

Hace dos días platicaba con un hermano de la iglesia, y hablábamos acerca de los ministerios y los llamamientos; y cuando el pastor me pidió que predicara este domingo, la primera anotación que surgió cuando hojeé mi cuaderno de apuntes, fue precisamente algo referente a los llamados que el Señor hace en las personas.

Y me puse a meditar acerca de esa porción bíblica:
Mateo 22:14 escribió: Porque muchos son llamados y pocos escogidos. Todos los que hemos aceptado a Cristo en nuestro  corazón hemos sido "llamados", y al aceptar a Cristo hemos sido justificados. Pero en esta parte de la Biblia, Jesús hace una diferencia entre ser "llamado" y ser "escogido".

Por lo tanto, los "llamados" somos todos los que hemos sido justificados, y somos de muy diferentes formas de ser, diferentes personalidades, edades, nacionalidades, entre otras. Pero si el ser "escogido" es otra cosa, ¿qué criterios usa Dios para "escoger" a alguien? Le di vueltas y vueltas a esa pregunta, pero al analizar las historias de varios de los "escogido" en la Biblia, me di cuenta de que en realidad no sé qué criterios usa Dios para escoger a las personas. Porque al igual que los "llamados", los "escogidos" son una miscelánea de personalidades, de trasfondos culturales y educativos, de diferentes edades, etc. Entonces me fui a la pregunta contraria: ¿Qué  criterios usa Dios para NO escoger a alguien? Encontré la respuesta aquí.
DIOS NO NOS ESCOGE POR NUESTRAS VIRTUDES, TALENTOS O CAPACIDADES. 1 Corintios 1:26—29 escribió: Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. A ver... si Dios no nos escoge por ser sabios, ni fuertes ni nobles, entonces ¿para qué nos dota de habilidades, capacidades y talentos, si no los va a usar? Porque ahí dice que aunque seamos sabios, Dios va a escoger al necio para avergonzar al sabio. La respuesta está en la última parte: a fin de que nadie se jacte en su presencia. o sea que no es que sea malo tener sabiduría, o ser fuerte, o noble, o habilidoso... El problema es cuando por orgullo nos jactamos de lograr hacer las cosas gracias a esas capacidades que Él mismo nos dio, y no le damos la gloria a Él. ¿pero será cierto entonces que Dios es egocéntrico, como algunas personas dicen? ¿Será cierto que sólo le gusta que lo adoremos y lo glorifiquemos, y lo reconozcamos, para satisfacer su propia vanidad? Muchas personas no creyentes pudieran pensar y estar convencidos de que así es.
Pero si analizamos a profundidad, y con la ayuda del Espíritu Santo, podemos concluir en una cosa:
Somos creación de Dios; Él nos diseñó de todo a todo. Cada tuerquita, tornillo, engrane o piececita de nuestro ser, tanto físico como espiritual, El conoce su funcionamiento. Sabe cómo y por qué accionamos, sabe cómo optimizar nuestro rendimiento, y también sabe cómo repararnos. Antes de seguir con la conclusión, por favor, responde a esta pregunta: Cuando estás abatido, en el pozo de la desesperación, angustiado o agobiado por los problemas, y decides hacer caso de la recomendación que te han dado los hermanos de la iglesia, y te pones a cantar alabanzar al Señor, y a decirle lo hermoso y maravilloso que es Él, y te esfuerzas en recordar y reconocer ante Él las múltiples bendiciones que ha derramado en tu vida en el pasado... ¿qué sientes luego de un rato? Estoy completamente segura de que tu respuesta es: poco a poco sientes como que te vas elevando del cielo y al voltear a ver a tu problema lo vas viendo cada vez más pequeño; y también que comienzas a experimentar un gozo y una paz inexplicables. Inexplicables porque el problema tal vez no ha desaparecido, y en realidad tú no te explicas cómo es posible que la angustia y la desesperación hayan desaparecido casi por completo. Bien, ahí está tu respuesta. Nuestro Creador y Diseñador, que conoce a la perfección el funcionamiento de nuestro ser, sabe que obtenemos gozo, paz y alegría de vivir cuando comenzamos a alabarlo. No somos robots; Él nos dotó de libre albedrío. Por lo tanto, cuando voluntariamente nos estiramos más allá de nuestras fuerzas para alabarle y decirle cosas bonitas, entonces comenzamos a ser sensibles a Su amor, que nunca desaparece, pero que somos incapaces de percibir cuando dejamos que la angustia nos nuble la vista. Así que, de la misma manera, cuando logramos algo que parecía imposible, y reconocemos que fue porque Él obró a través nuestro, nuestro corazón adquiere una sensibilidad a Su presencia de tal manera, que todo nuestro ser rebosa de gozo, paz y alegría de vivir.Por lo tanto, cuando Dios percibe que hay orgullo en nuestro corazón, y que eso nos llevará a la jactancia, Él nos protege de nosotros mismos y nos corrige; permite que otro que tal vez no sea tan capaz como nosotros, tome nuestro lugar (nos avergüenza con alguien con menos habilidad), y nos retira momentáneamente del cargo. DIOS SE ENCARGA DE CAPACITARNOS. Hebreos 13:20—21 escribió: Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. De manera que, cuando Dios tomó al menos capaz, Él promete que lo va a capacitar. O sea, ahorita no es capaz, pero Él se encarga de hacerlo que sea capaz de hacer esas buenas obras que están dentro de Su voluntad, para poder ser agradable a Él. Ahí vemos el caso de Moisés. Veamos cómo era Moisés. MOISÉS: Tuvo una infancia diferente a los demás hebreos → Éxodo 2:10 (Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.) Se convirtió en homicida cuando aún era joven → Éxodo 2:11—14 (mató al egipcio, pero no se lo agradecieron) Cuando Dios lo llamó, le puso excusas → Éxodo 4:10 (Entonces dijo Moisés a Jehová: !!Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.) No siguió las indicaciones de Dios → Número 20:7—11 (Jehová dijo “habla a la peña”, y Moisés la golpeó dos veces) Era tímido e introvertido → Números 12:3 (Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.). Aquí podemos ver varias cosas: Moisés reconoció ante Dios una incapacidad, la de ser tartamudo. Y aún así estuvo dispuesto a obedecer. Dios le concedió a Moisés el ir acompañado de su hermano Aarón, el cual hablaría por él. ¡Es cierto! La Biblia no dice que Aarón también era tartamudo. De hecho se infiere que NO era tartamudo, puesto que Dios lo puso para que fuera la voz de Moisés ante el Faraón. Pero, Dios NO escogió a Aarón, sino a Moisés. Es curioso... Pero tal y como lo dijo Jesús en Mateo, escogió a Moisés el tartamudo, para avergonzar a Aarón el infiel. ¿Y por qué infiel? Bueno, en el momento en que Dios los envía a Egipto, no parece que haya algún problema con Aarón; él obedece a Dios y acompaña a su hermano, accediendo a desempeñar un papel secundario. Pero Dios, que conoce los corazones, vio un germen de infidelidad en el corazón de Aarón, el cual se manifestó más adelante. Éxodo 32:3 y 4 escribió: Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón; y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. A la primera oportunidad que tuvo, Aarón intentó obtener el protagonismo, y para agradar al pueblo de Israel cuando comenzaron a murmurar contra Moisés, decidió proveerles de un ídolo para aplacarlos. Posiblemente en este incidente está la explicación de por qué Dios no escogió a Aarón, sino a Moisés. Y hay todavía más. Cuando Aarón y Moisés se fueron a Egipto a hablar con el Faraón, la Biblia menciona varias veces cómo es que Aarón hablaba por medio de Moisés. Pero llega un momento en que ya no se menciona más a Aarón, sino que aparentemente Moisés comienza a hablar por él mismo; ¿esto qué significa? Que Dios le quitó lo tartamudo. Así como dice la Escritura, ese mismo Dios que pudo levantar a Jesucristo de entre los muertos, pudo también capacitar a Moisés, dándole seguridad en él mismo, al grado de poder dirigirse una y otra vez al pueblo, durante todo el tiempo que el Señor estuvo otorgando todas aquellas instrucciones sobre ofrendas, holocaustos, pecados, impurezas, etc. Todo a través de Moisés.
DIOS SE PERFECCIONA EN NUESTRAS DEBILIDADES. 2 Corintios 12:9 escribió: Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Algo que aprendí en el tiempo que estudié la EDE en JUCUM, es que debemos hacerle espacio a Dios para que Él pueda venir a ocupar ese vacío. ¡Es una ley física! Cuando una masa de aire caliente se eleva súbitamente, el vacío que dejó es llenado instantáneamente por otra masa de aire frío que descendió también súbitamente. Cuando Moisés le dijo a Dios: "Soy tartamudo", lo que hizo fue reconocer esa debilidad, haciendo espacio a Dios para que entrara a perfeccionarse, lo cual dio como resultado que la debilidad se fue y sólo quedó la perfección de Dios.

Veamos otro ejemplo. GEDEÓN: Tenía muy mal ejemplo paterno → Jueces 6:25 (Aconteció que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Aserá que está junto a él;) Era un hombre asustado → Jueces 6:11b (y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.) Dios declara cualidades que Gedeón aún no tenía → Jueces 6:12 (Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.) → Podemos declarar bendiciones acerca de nuestros hijos. Le dio excusas a Dios → Jueces 6:15 (Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.) Una vez más vemos que, aún a pesar de sus excusas, Dios por alguna razón decide escoger a Gedeón, y si conoces la historia, te darás cuenta de que en realidad sí se convirtió en un varón esforzado y valiente; hasta llegó a ser conocido como Jerobaal, el que lucha contra Baal. ¿Qué vio Dios en Gedeón? Éste, al igual que Moisés, declaró sus debilidades ante Jehová, lo que permitió que Dios entrara a perfeccionarse en él. DIOS NOS PERFECCIONA. 1 Pedro 5:10 escribió: Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. Volviendo a recordar lo que Jesús dice en Mateo, cuando Él toma al incapaz para avergonzar al capaz, es porque Dios percibe orgullo, lo cual es totalmente inaceptable para Él. Pero no toma al incapaz para avergonzarlo a él; no, él promete (ahí lo dice en 1Pedro) que lo va a perfeccionar, a afirmar, a fortalecer y a establecer. Cierto, se sufre un rato. Pero ahí está Su promesa, que no falla. Si vemos a otros personajes de la Biblia, que fueron "escogidos", nos daremos cuenta que efectivamente no hay una regla aparente por la cual se rija Dios en su selección. Vemos personas muy bien educadas como Pablo, Timoteo y Samuel; pero también vemos personajes caprichudos y vengativos como Jonás, inmaduros e impulsivos como Pedro, de buen testimonio como Noé... y la lista es muy larga. Una miscelánea de personalidades, con un común denominador: Dios los "escogió" para una gran tarea, y ellos finalmente obedecieron y la realizaron. CONCLUSIÓN: Habemos muchos cristianos de la banca (así como los de un equipo de fútbol, que no participan en el juego, sino que están a la expectativa sólo viendo al equipo jugar).  Se reconoce fácilmente: Estamos cada domingo en la iglesia, saludamos, nos gozamos en la alabanza, diezmamos, ofrendamos... Cuando se acaba el servicio, volvemos a nuestras casas, a nuestra rutina semanal... Un día tras otro afanados en nuestros quehaceres, trabajos y responsabilidades... Tal vez leemos la Biblia de cuando en cuando, oramos por los alimentos... Todo rutinario, tal vez vayamos a la iglesia entre semana (culto de oración, reunión de mujeres o varones, confraternidades, etc.). Llega el domingo, y de nuevo acudimos al templo, y se repite lo mismo... Semana tras semana, mes tras mes, año tras año. Así somos felices, así estamos satisfechos. Nada nos inquieta, nos va bien en todo, todo mundo nos quiere, y estamos inmersos en un área de confort muy placentera. Pero eso sí... Cuando nos preguntan por qué no tenemos cargo, a veces decimos: "Es que no soy de los VIP"... "A mí ni me saludan en la iglesia"... "Ni me extrañan cuando no voy; nadie me echa ni una llamada"...Y lo peor es que todo eso lo compartimos con cuánta gente nos preste oídos. Si nos preguntan ¿Y tú fuiste a la confraternidad? luego respondemos: "No, nadie me invitó". Si acaso estás en esa situación... cuidado. Algo anda muy mal desde el momento en que Dios no se ha tomado la molestia de inquietarte. Recuerda, Dios produce en nosotros tanto el querer como el hacer. Pero cuando no queremos, pero queremos querer, le pedimos al Señor que produzca en nosotros ese querer que viene de Él, y entonces tenemos la fuerza de Él para el hacer. Tampoco se trata de querer hacer las cosas fuera del tiempo de Dios. No porque toques muy bien la guitarra o el piano, por fuerza tienes que estar en la alabanza. No porque seas Contador Público te tienen que poner como Tesorero de los fondos de la Iglesia. Tampoco se trata de sólo aceptar el llamado en las áreas que nos gustan. ¿Qué tal si nos piden hacer el aseo de la iglesia? Ah, eso no nos gusta; prefiero subirme a cantar, ya que tengo buena voz. A veces nos sentimos impulsados a sólo aceptar aquellos ministerios que son más "visibles" como los de la Alabanza o la Enseñanza. Nos gusta ir a las confraternidades, pero cuando nos llaman a evangelizar, ponemos miles de pretextos. Es muy común escuchar a hermanos decir: "No, yo no tengo el ministerio del evangelismo"  OMG ¿Qué, qué, qué? Mateo 28:19 escribió: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; Marcos 16:15 escribió: Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. No puedes decir que no eres "escogido". Lo eres desde que fuiste justificado por el sacrificio de Jesús. Has sido "escogido" para ir y hacer discípulos, para bautizar, para ir a todos lados a predicar el evangelio a toda la gente que te encuentres. Todos hemos sido llamados y escogidos para evangelizar. Por lo demás, si hasta hoy has sido "cristiano de la banca", y deseas dejar de serlo, déjame orar por ti: Intercedo por este(a) lector(a), para que tú tomes su corazón y lo transformes, que lo lleves a otro nivel de conocimiento de Tu Palabra; que le saques de su área de confort, y pongas dentro suyo un hambre y una sed que con nada, excepto tú, puedan ser saciados. Si en este momento él (ella) están hablando contigo, es porque ya ha sido inquietad@ por tu Espíritu Santo, y está list@ para declararte sus debilidades, haciendo espacio para que Tú entres a perfeccionarte en él (ella). ¡Muchas gracias, Dios, por tu fidelidad! Te exalto y te glorifico, dándote a ti todo el reconocimiento que sólo Tú mereces. En el Nombre de Jesús, ¡Amén!

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