Hace dos días platicaba con un hermano de la iglesia, y hablábamos acerca de los ministerios y los llamamientos; y cuando el pastor me pidió que predicara este domingo, la primera anotación que surgió cuando hojeé mi cuaderno de apuntes, fue precisamente algo referente a los llamados que el Señor hace en las personas.
Y me puse a meditar acerca de esa porción bíblica:
Mateo 22:14 escribió: Porque muchos son llamados y
pocos escogidos. Todos los que hemos aceptado a Cristo en nuestro corazón hemos sido "llamados", y al
aceptar a Cristo hemos sido justificados. Pero en esta parte de la Biblia,
Jesús hace una diferencia entre ser "llamado" y ser
"escogido".
Por lo tanto, los "llamados" somos todos
los que hemos sido justificados, y somos de muy diferentes formas de ser,
diferentes personalidades, edades, nacionalidades, entre otras. Pero si el ser
"escogido" es otra cosa, ¿qué criterios usa Dios para
"escoger" a alguien? Le di vueltas y vueltas a esa pregunta, pero al
analizar las historias de varios de los "escogido" en la Biblia, me
di cuenta de que en realidad no sé qué criterios usa Dios para escoger a las
personas. Porque al igual que los "llamados", los
"escogidos" son una miscelánea de personalidades, de trasfondos
culturales y educativos, de diferentes edades, etc. Entonces me fui a la
pregunta contraria: ¿Qué criterios usa
Dios para NO escoger a alguien? Encontré la respuesta aquí.
DIOS NO NOS
ESCOGE POR NUESTRAS VIRTUDES, TALENTOS O CAPACIDADES. 1 Corintios 1:26—29
escribió: Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios
según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del
mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió
Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado
escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se
jacte en su presencia. A ver... si Dios no nos escoge por ser sabios, ni
fuertes ni nobles, entonces ¿para qué nos dota de habilidades, capacidades y
talentos, si no los va a usar? Porque ahí dice que aunque seamos sabios, Dios
va a escoger al necio para avergonzar al sabio. La respuesta está en la última parte: a fin de que
nadie se jacte en su presencia. o sea que no es que sea malo tener sabiduría, o ser
fuerte, o noble, o habilidoso... El problema es cuando por orgullo nos jactamos
de lograr hacer las cosas gracias a esas capacidades que Él mismo nos dio, y no
le damos la gloria a Él. ¿pero será cierto entonces que Dios es egocéntrico,
como algunas personas dicen? ¿Será cierto que sólo le gusta que lo adoremos y
lo glorifiquemos, y lo reconozcamos, para satisfacer su propia vanidad? Muchas
personas no creyentes pudieran pensar y estar convencidos de que así es.
Pero si analizamos a profundidad, y con la ayuda
del Espíritu Santo, podemos concluir en una cosa:
Somos creación de Dios; Él nos diseñó de todo a
todo. Cada tuerquita, tornillo, engrane o piececita de nuestro ser, tanto
físico como espiritual, El conoce su funcionamiento. Sabe cómo y por qué
accionamos, sabe cómo optimizar nuestro rendimiento, y también sabe cómo
repararnos. Antes de seguir con la conclusión, por favor,
responde a esta pregunta: Cuando estás abatido, en el pozo de la
desesperación, angustiado o agobiado por los problemas, y decides hacer caso de
la recomendación que te han dado los hermanos de la iglesia, y te pones a
cantar alabanzar al Señor, y a decirle lo hermoso y maravilloso que es Él, y te
esfuerzas en recordar y reconocer ante Él las múltiples bendiciones que ha
derramado en tu vida en el pasado... ¿qué sientes luego de un rato? Estoy
completamente segura de que tu respuesta es: poco a poco sientes como que te
vas elevando del cielo y al voltear a ver a tu problema lo vas viendo cada vez
más pequeño; y también que comienzas a experimentar un gozo y una paz
inexplicables. Inexplicables porque el problema tal vez no ha desaparecido, y
en realidad tú no te explicas cómo es posible que la angustia y la desesperación
hayan desaparecido casi por completo. Bien, ahí está tu respuesta. Nuestro Creador y
Diseñador, que conoce a la perfección el funcionamiento de nuestro ser, sabe
que obtenemos gozo, paz y alegría de vivir cuando comenzamos a alabarlo. No
somos robots; Él nos dotó de libre albedrío. Por lo tanto, cuando
voluntariamente nos estiramos más allá de nuestras fuerzas para alabarle y
decirle cosas bonitas, entonces comenzamos a ser sensibles a Su amor, que nunca
desaparece, pero que somos incapaces de percibir cuando dejamos que la angustia
nos nuble la vista. Así que, de la misma manera, cuando logramos algo que
parecía imposible, y reconocemos que fue porque Él obró a través nuestro,
nuestro corazón adquiere una sensibilidad a Su presencia de tal manera, que
todo nuestro ser rebosa de gozo, paz y alegría de vivir.Por lo tanto, cuando
Dios percibe que hay orgullo en nuestro corazón, y que eso nos llevará a la
jactancia, Él nos protege de nosotros mismos y nos corrige; permite que otro
que tal vez no sea tan capaz como nosotros, tome nuestro lugar (nos avergüenza
con alguien con menos habilidad), y nos retira momentáneamente del cargo. DIOS SE ENCARGA DE CAPACITARNOS. Hebreos
13:20—21 escribió: Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor
Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os
haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en
vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la
gloria por los siglos de los siglos. Amén. De manera que, cuando Dios tomó al menos capaz, Él
promete que lo va a capacitar. O sea, ahorita no es capaz, pero Él se encarga
de hacerlo que sea capaz de hacer esas buenas obras que están dentro de Su
voluntad, para poder ser agradable a Él. Ahí vemos el caso de Moisés. Veamos
cómo era Moisés. MOISÉS: Tuvo
una infancia diferente a los demás hebreos → Éxodo 2:10 (Y cuando el niño
creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por
nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.) Se convirtió en
homicida cuando aún era joven → Éxodo 2:11—14 (mató al egipcio, pero no se lo
agradecieron) Cuando Dios lo llamó, le puso excusas → Éxodo 4:10 (Entonces dijo
Moisés a Jehová: !!Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes,
ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de
lengua.) No siguió las indicaciones de Dios → Número 20:7—11 (Jehová dijo
“habla a la peña”, y Moisés la golpeó dos veces) Era tímido e introvertido →
Números 12:3 (Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que
había sobre la tierra.). Aquí podemos ver varias cosas: Moisés reconoció ante
Dios una incapacidad, la de ser tartamudo. Y aún así estuvo dispuesto a
obedecer. Dios le concedió a Moisés el ir acompañado de su hermano Aarón, el
cual hablaría por él. ¡Es cierto! La Biblia no dice que Aarón también era
tartamudo. De hecho se infiere que NO era tartamudo, puesto que Dios lo puso
para que fuera la voz de Moisés ante el Faraón. Pero, Dios NO escogió a Aarón,
sino a Moisés. Es curioso... Pero tal y como lo dijo Jesús en Mateo, escogió a
Moisés el tartamudo, para avergonzar a Aarón el infiel. ¿Y por qué infiel? Bueno,
en el momento en que Dios los envía a Egipto, no parece que haya algún problema
con Aarón; él obedece a Dios y acompaña a su hermano, accediendo a desempeñar
un papel secundario. Pero Dios, que conoce los corazones, vio un germen de
infidelidad en el corazón de Aarón, el cual se manifestó más adelante. Éxodo
32:3 y 4 escribió: Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían
en sus orejas, y los trajeron a Aarón; y él los tomó de las manos de ellos, y
le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición. A la primera
oportunidad que tuvo, Aarón intentó obtener el protagonismo, y para agradar al
pueblo de Israel cuando comenzaron a murmurar contra Moisés, decidió proveerles
de un ídolo para aplacarlos. Posiblemente en este incidente está la explicación
de por qué Dios no escogió a Aarón, sino a Moisés. Y hay todavía más. Cuando
Aarón y Moisés se fueron a Egipto a hablar con el Faraón, la Biblia menciona
varias veces cómo es que Aarón hablaba por medio de Moisés. Pero llega un
momento en que ya no se menciona más a Aarón, sino que aparentemente Moisés comienza
a hablar por él mismo; ¿esto qué significa? Que Dios le quitó lo tartamudo. Así
como dice la Escritura, ese mismo Dios que pudo levantar a Jesucristo de entre
los muertos, pudo también capacitar a Moisés, dándole seguridad en él mismo, al
grado de poder dirigirse una y otra vez al pueblo, durante todo el tiempo que
el Señor estuvo otorgando todas aquellas instrucciones sobre ofrendas,
holocaustos, pecados, impurezas, etc. Todo a través de Moisés.
DIOS SE
PERFECCIONA EN NUESTRAS DEBILIDADES. 2 Corintios 12:9 escribió: Y me ha
dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por
tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose
sobre mí el poder de Cristo. Algo que aprendí en el tiempo que estudié la EDE
en JUCUM, es que debemos hacerle espacio a Dios para que Él pueda venir a
ocupar ese vacío. ¡Es una ley física! Cuando una masa de aire caliente se eleva
súbitamente, el vacío que dejó es llenado instantáneamente por otra masa de
aire frío que descendió también súbitamente. Cuando Moisés le dijo a Dios:
"Soy tartamudo", lo que hizo fue reconocer esa debilidad, haciendo
espacio a Dios para que entrara a perfeccionarse, lo cual dio como resultado
que la debilidad se fue y sólo quedó la perfección de Dios.
Veamos otro ejemplo. GEDEÓN: Tenía muy mal ejemplo paterno → Jueces 6:25 (Aconteció que
la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo
toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta
también la imagen de Aserá que está junto a él;) Era un hombre asustado →
Jueces 6:11b (y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para
esconderlo de los madianitas.) Dios declara cualidades que Gedeón aún no tenía
→ Jueces 6:12 (Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está
contigo, varón esforzado y valiente.) → Podemos declarar bendiciones acerca de
nuestros hijos. Le dio excusas a Dios → Jueces 6:15 (Entonces le respondió: Ah,
señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en
Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.) Una vez más vemos que, aún a
pesar de sus excusas, Dios por alguna razón decide escoger a Gedeón, y si
conoces la historia, te darás cuenta de que en realidad sí se convirtió en un
varón esforzado y valiente; hasta llegó a ser conocido como Jerobaal, el que
lucha contra Baal. ¿Qué vio Dios en Gedeón? Éste, al igual que Moisés, declaró
sus debilidades ante Jehová, lo que permitió que Dios entrara a perfeccionarse
en él. DIOS NOS PERFECCIONA. 1 Pedro
5:10 escribió: Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en
Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os
perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. Volviendo a recordar lo que Jesús
dice en Mateo, cuando Él toma al incapaz para avergonzar al capaz, es porque
Dios percibe orgullo, lo cual es totalmente inaceptable para Él. Pero no toma
al incapaz para avergonzarlo a él; no, él promete (ahí lo dice en 1Pedro) que
lo va a perfeccionar, a afirmar, a fortalecer y a establecer. Cierto, se sufre
un rato. Pero ahí está Su promesa, que no falla. Si vemos a otros personajes de
la Biblia, que fueron "escogidos", nos daremos cuenta que
efectivamente no hay una regla aparente por la cual se rija Dios en su
selección. Vemos personas muy bien educadas como Pablo, Timoteo y Samuel; pero
también vemos personajes caprichudos y vengativos como Jonás, inmaduros e
impulsivos como Pedro, de buen testimonio como Noé... y la lista es muy larga.
Una miscelánea de personalidades, con un común denominador: Dios los
"escogió" para una gran tarea, y ellos finalmente obedecieron y la
realizaron. CONCLUSIÓN: Habemos
muchos cristianos de la banca (así como los de un equipo de fútbol, que no
participan en el juego, sino que están a la expectativa sólo viendo al equipo
jugar). Se reconoce fácilmente: Estamos
cada domingo en la iglesia, saludamos, nos gozamos en la alabanza, diezmamos,
ofrendamos... Cuando se acaba el servicio, volvemos a nuestras casas, a nuestra
rutina semanal... Un día tras otro afanados en nuestros quehaceres, trabajos y
responsabilidades... Tal vez leemos la Biblia de cuando en cuando, oramos por
los alimentos... Todo rutinario, tal vez vayamos a la iglesia entre semana
(culto de oración, reunión de mujeres o varones, confraternidades, etc.). Llega
el domingo, y de nuevo acudimos al templo, y se repite lo mismo... Semana tras
semana, mes tras mes, año tras año. Así somos felices, así estamos satisfechos.
Nada nos inquieta, nos va bien en todo, todo mundo nos quiere, y estamos
inmersos en un área de confort muy placentera. Pero eso sí... Cuando nos
preguntan por qué no tenemos cargo, a veces decimos: "Es que no soy de los
VIP"... "A mí ni me saludan en la iglesia"... "Ni me
extrañan cuando no voy; nadie me echa ni una llamada"...Y lo peor es que
todo eso lo compartimos con cuánta gente nos preste oídos. Si nos preguntan ¿Y
tú fuiste a la confraternidad? luego respondemos: "No, nadie me invitó".
Si acaso estás en esa situación... cuidado. Algo anda muy mal desde el momento
en que Dios no se ha tomado la molestia de inquietarte. Recuerda, Dios produce
en nosotros tanto el querer como el hacer. Pero cuando no queremos, pero
queremos querer, le pedimos al Señor que produzca en nosotros ese querer que
viene de Él, y entonces tenemos la fuerza de Él para el hacer. Tampoco se trata
de querer hacer las cosas fuera del tiempo de Dios. No porque toques muy bien
la guitarra o el piano, por fuerza tienes que estar en la alabanza. No porque
seas Contador Público te tienen que poner como Tesorero de los fondos de la
Iglesia. Tampoco se trata de sólo aceptar el llamado en las áreas que nos
gustan. ¿Qué tal si nos piden hacer el aseo de la iglesia? Ah, eso no nos
gusta; prefiero subirme a cantar, ya que tengo buena voz. A veces nos sentimos
impulsados a sólo aceptar aquellos ministerios que son más "visibles"
como los de la Alabanza o la Enseñanza. Nos gusta ir a las confraternidades,
pero cuando nos llaman a evangelizar, ponemos miles de pretextos. Es muy común
escuchar a hermanos decir: "No, yo no tengo el ministerio del evangelismo" OMG ¿Qué, qué, qué? Mateo 28:19 escribió: Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; Marcos 16:15 escribió: Y les dijo:
Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. No puedes decir
que no eres "escogido". Lo eres desde que fuiste justificado por el
sacrificio de Jesús. Has sido "escogido" para ir y hacer discípulos,
para bautizar, para ir a todos lados a predicar el evangelio a toda la gente que
te encuentres. Todos hemos sido llamados y escogidos para evangelizar. Por lo
demás, si hasta hoy has sido "cristiano de la banca", y deseas dejar
de serlo, déjame orar por ti: Intercedo por este(a) lector(a), para que tú
tomes su corazón y lo transformes, que lo lleves a otro nivel de conocimiento
de Tu Palabra; que le saques de su área de confort, y pongas dentro suyo un
hambre y una sed que con nada, excepto tú, puedan ser saciados. Si en este
momento él (ella) están hablando contigo, es porque ya ha sido inquietad@ por
tu Espíritu Santo, y está list@ para declararte sus debilidades, haciendo
espacio para que Tú entres a perfeccionarte en él (ella). ¡Muchas gracias,
Dios, por tu fidelidad! Te exalto y te glorifico, dándote a ti todo el
reconocimiento que sólo Tú mereces. En el Nombre de Jesús, ¡Amén!
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