EL TIEMPO DE TU BENDICION HA LLEGADO
La Palabra de
Dios dice en Eclesiastés 3:1 lo siguiente: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que
se quiere debajo del cielo tiene su hora.” La Biblia enseña que Dios es eterno
desde la eternidad y hasta la eternidad, El existe desde antes de todas las
cosas y vive por siempre y para siempre, pero debajo del cielo Dios ha creado
el concepto del tiempo donde cada cosa tiene un tiempo especifico y oportuno.
El ha creado las estaciones, etapas de la vida para que todos podamos transitarlas.
Para nosotros el tiempo en la tierra es limitado pues Dios así lo ha decidido.
En Daniel 2:20-21 leemos también: “…sea bendito el nombre de Dios de siglos en
siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. El muda (cambia) los tiempos
y las edades, quita reyes y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la
ciencia a los entendidos.
El revela lo profundo y escondido; conoce lo que esta
en tinieblas, y con el mora la luz.” En 1 Crónicas 12:32 leemos también que los
hijos de Isacar, de las tribus de Israel, eran “entendidos en los tiempos, y
que sabían lo que Israel debía hacer…”. Dios quiere que nosotros también
aprendamos a distinguir los tiempos de la vida. En la Palabra de Dios existen
tres clases de tiempos: 1. Tiempo general o tiempo calendario. En griego es
“kronos” (Hechos 1:7 “tiempos”) 2. Tiempo oportuno o determinado. En griego es
“kairos” (Hechos 1:7 “sazones”) 3. Tiempo del cumplimiento En griego es
“pleroó” (Gal. 4:4) Para poder entender y saber como diferenciar estos tiempos
debemos tomar un ejemplo natural para entender una verdad espiritual: El tiempo
del embarazo. Como todos sabemos el tiempo de gestación es de aproximadamente
nueve meses (este sería el tiempo kronos). Cuando se va acercando la fecha, en
un momento comienzan los dolores de parto (este sería el tiempo (kairos), pero
allí no termina la cosa, ¡En realidad recién comienza! Pues falta el momento
exacto del alumbramiento del bebe (este es el tiempo pleroó). Con este ejemplo
sencillo podemos entender como opera el tiempo de Dios en nuestras vidas. Ahora
bien, existen tiempos en nuestras vidas donde las cosas no salen bien, se
originan conflictos, problemas, se atraviesan tiempos de sequía espiritual,
infertilidad y falta de resultados, ataques severos del enemigo, pruebas, etc.
Como diríamos, no son los buenos tiempos que todos esperamos, pero también, y
gloria a Dios por esto, existe un tiempo especifico y determinado por Dios para
recibir sus bendiciones. La Biblia enseña que existe un tiempo específico y
determinado por Dios, en el cual El obra de repente e instantáneamente. Dios
pareciera estar ausente y callado por largo tiempo, cuando de repente
manifiesta Su glorioso poder sobre su pueblo para bendecirlo. Este artículo no
sólo quiere demostrarle las diversas clases de tiempos que existen bajo el sol
sino principalmente darle una inyección de fe, a fin de que usted pueda creer
en este día que Dios tiene preparado para usted un tiempo de obrar repentino,
donde Dios derramará de sus bendiciones sobre su necesidad. ¡El obrar “de
repente” del Señor está muy cerca de llegar a su vida! Existen dos pasajes que
quiero compartir en este artículo, que hablan del obrar “de repente” de Dios:
I. Hechos 2:1-2 dice: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos
unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento
recio que soplaba, el cual lleno la casa donde estaban sentados.” II. Hechos
16:25-26 (Pablo y Silas en la cárcel) “entonces sobrevino de repente un gran
terremoto, de tal manera que los cimientos se sacudían…” Estos dos pasajes
tienen mucha enseñanza para instruir y edificar nuestras vidas, para llenarnos
de fe y ayudarnos a creer que el mismo Dios que operó en la Iglesia Primitiva,
es el mismo Señor vigente en pleno siglo XXI para derramar sobre nuestras vidas
su obrar “de repente” o repentino. He recibido información que la caña de
Bambú, cuando se la siembra, tarda siete años en dar fruto visible. En esos
años el agricultor riega la semilla todos los días, quita las malezas, pero no
ve nada saliendo hacia la superficie. Lo que sucede es que la planta crece
durante esos años hacia abajo desarrollando una fuerte raíz, pero...¡En un
momento determinado crece rápidamente! ¡Lo que tardó años se realiza en un
instante! El obrar “de repente” de Dios siempre viene precedido por un tiempo
prolongado de silencio de Dios. En nuestro lenguaje popular decimos que son
tiempos “donde no pasa nada”. Quizás usted ha estado orando y orando y nada
sucede, nada cambia para bien. ¡Aún es posible que su situación se haya puesto
peor que antes de empezar a orar!... usted esta confundido diciendo: - ¡Señor
tu ves mi necesidad, estoy orando y rogando cada día pero nada sucede! -.
Existen muchos cristianos confundidos que en este punto se resignan a vivir sin
la bendición de Dios y caminan como cristianos frustrados. Son fieles, pero
viven frustrados…porque a decir verdad, no hay nada más frustrante que vivir
sin las bendiciones de Dios. Quizás nuestras vidas, familias, economía, salud,
ministerio, etc se ven a la fecha como la caña de bambú donde no se ve nada en
la superficie de nuestra vida… pero ¿Sabe una cosa? Así como en lo natural la
caña de bambú da su fruto, en lo espiritual sucederá lo mismo con nuestras
vidas: ¡Seremos bendecidos por el Señor en un instante! El Espíritu Santo en
este tiempo le está invitando a usted a creer que el “de repente” de Dios está
a las puertas de su vida, pues usted es un hijo, una hija de Dios y la
exclusividad del obrar “de repente” de Dios es patrimonio del pueblo de Dios.
¡Bendito y alabado sea el Nombre de nuestro Dios! Ahora bien, ¿Quiénes
califican para la bendición repentina de Dios? Miremos por un instante los
pasajes de Hechos 2:1-2 y Hechos 16:25-26 y aprenderemos lo que tenemos que
hacer antes que venga el “de repente” de Dios. Recuerde que Dios nunca opera
“al azar” sino siempre cuando se han cumplido previamente ciertas pautas
establecidas por El en su Palabra. Siempre el obrar “de repente” genuino de
Dios viene precedido de lo siguiente: 1. La bendición “de repente” de Dios es
para los que esperan en el Señor (Hechos 1:4) Jesús le ordeno a sus discípulos
a que esperasen la promesa del Padre y que no se fuesen de Jerusalén. Tenían
que esperar algo que no habían visto, solo tenían la promesa de parte del
Señor. En 1 Corintios 15:6 leemos que Jesús se apareció a más de quinientas
personas a la vez. En Hechos 1:15 leemos que los que estaban esperando eran
alrededor de ciento veinte. Si hacemos una resta matemática de 500-120 = 380
personas. La pregunta es ¿Dónde estaban las 380 personas el día de Pentecostés?
La respuesta es sencilla: ¡Se cansaron de esperar y se fueron! Con esto
aprendemos que los que perseveran esperando confiados en el Señor al final
resultarán bendecidos. En todos estos años donde todo le salio al revés de lo esperado,
¿Se mantuvo esperando en el Señor? Si lo ha hecho, ¡Prepárese para el de
repente! 2. La bendición “de repente” de Dios es para los que perseveran en
oración y ruego (Hechos 1:14) Todo lo que anhelamos de Dios viene como fruto o
resultado de la oración. Orar no solo es pedir sino también tener intimidad con
el Señor. Alguien dijo con razón que cuando se produce una santa intimidad se
origina la procreación. En la oración íntima con Dios gestamos las bendiciones
futuras de Dios. En todos estos años donde “no ha pasado nada”, ¿Se mantuvo
orando, rogando con fe o dejo de orar pensando que Dios se olvido de usted? 3.
La bendición “de repente” de Dios es para los que están unánimes juntos (Hechos
2:1) Existen bendiciones a nivel personal y grupal, a nivel ministerial,
congregacional. Una cosa es estar juntos y otra diferente es estar “unánimes
juntos”. Yo puedo estar bajo el mismo techo con varias personas pero eso no
significa estar en un mismo sentir, en un mismo espíritu. En todo este tiempo
donde las cosas no salieron bien y la bendición no llegaba, ¿Deje de
congregarme regularmente o continué asistiendo y sirviendo a Dios igualmente?
4. La bendición “de repente” de Dios es para los que suben al aposento alto,
los que buscan a Dios (Hechos 1:13). Durante los valles de la vida, es decir en
tiempos de pruebas, luchas espirituales, desiertos, la única manera de
sobrevivir es subiendo espiritualmente en los lugares altos en Cristo Jesús. El
estilo de vida del creyente debe ser la continua habitación en el lugar alto,
buscando a Dios. Muchas veces pensamos que las luchas y problemas intentan
frenar nuestra subida y crecimiento espiritual, cuando en realidad son los
escalones de Dios para crecer e ir de fe en fe y de gloria en gloria. Durante
todo este tiempo donde no he visto resultados, donde todo ha sido desértico y
estéril, ¿Me he mantenido y ascendido a las alturas del Espíritu de Dios o he
tenido un descenso calamitoso? 5. La bendición “de repente” de Dios es para los
que están rodeados de imposibilidades (Hechos 16:23-24). Pablo y Silas, dice la
Palabra, fueron azotados, colocados en una cárcel de más adentro con una
guardia especial y les pusieron cepos en los pies. Su situación era imposible e
insostenible, era realmente una situación imposible, humanamente hablando.
¿Estamos actualmente en una situación similar a la de Pablo y Silas donde todas
las puertas están cerradas, estamos como imposibilitados de movernos para
cambiar nuestra situación actual? Si es así, no se desespere, pues siempre la
bendición del “de repente” de Dios viene precedida por un tiempo imposible. 6.
La bendición “de repente” de Dios es para aquellos que piensan que “se les vino
la noche encima” (Hechos 16:25) Es decir, su situación es tan difícil que
piensan que se les paso la hora para ser bendecidos. Viven con la ingrata
sensación de que nunca van a salir de esa situación imposible. ¿Ha estado
pensando en esto en las últimas semanas al ver que nada cambia y que todo sigue
igual o peor a pesar de haber estado orando y orando? 7. La bendición “de
repente” de Dios es para aquellos que durante el periodo de tiempo en “el que
no pasa nada” y todo sale al revés de lo imaginado o prometido por Dios,
continúan alabando y siendo fieles al Señor. Muchos creyentes cuando ven
naufragar sus sueños e ilusiones tiran todo por la borda del desanimo,
comienzan a ver todo oscuro, incierto, la incredulidad les domina y solo pueden
ver un trágico final. Que diferente es la actitud y perspectiva de los que
creen en “el de repente” de Dios. Ellos aun bajo la presión de las luchas,
pruebas, ataques del enemigo, alaban a Dios y le dicen: - Señor, el tiempo ha
pasado. Pareciera que nada sucede pero igualmente voy a alabarte y adorarte
porque tu eres mi Dios, tu eres mi ayudador y se que no me dejaras en esta condición.
Tu ayuda vendrá a mi vida tarde o temprano. Tú tienes suficiente poder para
librarme en un instante. - ¿Ha mantenido su alabanza y adoración sacrificial en
medio de sus tiempos difíciles? ¿Se ha mantenido fiel a pesar de todo lo malo
que esta atravesando y a pesar de no ver el obrar de Dios? ¡Vale la pena
esperar confiadamente en el Señor, pues El es el Señor del “de repente”. ¡Tiene
todo poder para cambiar nuestra situación en un solo instante porque El es
Dios! Le quiero regalar tres Salmos que le ayudaran a mantenerse firme y fiel,
confiando y creyendo que si usted ha guardado los pasos antes mencionados, es
el candidato seguro para el próximo “de repente” del Señor: El Salmo 25:3 dice:
Ciertamente ninguno de cuantos confían en ti será confundido.” El Salmo 31:24
dice: “Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento
vuestro corazón.” El Salmo 33:22 dice: “Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre
nosotros, según esperamos en ti.” Es mi oración, que su clamor en este día sea:
- Señor, voy a seguir siendo fiel a ti en medio de mi situación imposible. Te
alabo y te bendigo porque Tú eres mi Dios, Tú eres el Dios que obra “de
repente”. ¡Ayúdame a serte fiel! ¡Quiero ser el próximo candidato a
experimentar tú “de repente”! ¡Amen
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