La Renovacion de la Mente
No os conforméis a este siglo, sino transformaos
por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál
sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Rom 12:2)
Como seres humanos, creados a la imagen de Dios, somos espíritu, alma y cuerpo. Cuando entramos con el Espíritu Santo a ver nuestro ser, nos damos cuenta que en el alma existen tres importantes áreas: La voluntad, las emociones y la mente. En este escrito veremos en forma general como opera nuestra mente y cuales son las principales formas en las que Satanás toma ventaja. Junto con esto veremos como hacer frente en nuestra mente para comprobar las bendiciones de Dios.
¿Qué es la mente? La mente es nuestro órgano para
pensar. En nuestra mente está el intelecto, la razón, la sabiduría. La mente
ocupa un lugar muy grande en nuestra vida, porque el pensamiento influye muy
fuerte en nuestra acción diaria. La mente es el campo de batalla, donde Satanás
y sus espíritus malignos luchan contra la verdad. Para entenderlo de una mejor
forma, vamos a imaginarnos una ciudad fortificada el medio evo. Vamos a
imaginar una ciudad amurallada; en este caso, la ciudad estará representada por
la voluntad y el espíritu. Inmediatamente después de estas murallas hay un extenso
campo, donde se desarrolla la batalla. Este campo abierto de batalla es la
mente. “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque
las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la
destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta
contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia a Cristo” (2Co 10:3-5)
El apóstol Pablo entendía que la batalla del
cristiano se desarrolla en la mente. Es el lugar donde Satanás alineará todas
sus fuerzas para destruirnos. Es el campo de batalla. De acuerdo a la lectura
de este versículo podemos ver que armas de nuestra milicia: Estamos en una
batalla y hay un campo de batalla, llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia: Se nos muestra cómo se pelea. Destrucción de fortalezas y argumentos:
Se nos muestra el objetivo. Posteriormente vamos a explicar cómo se pelea la
guerra espiritual. El Espíritu Santo también nos explica a través del apóstol
Pablo que la lucha pertenece exclusivamente a la mente del hombre. La guerra se
ejemplifica de la siguiente forma: Argumentos o razonamientos del hombre se
asemejan a las fortalezas de un enemigo. Describe mente como un poder del
enemigo que tenemos que capturar. Pensamientos rebeldes reciben protección en
fortalezas, y es necesario cautivarlos a la obediencia. Los cautivos se llevan
en la guerra. Son lo que conocemos como los prisioneros de guerra. Podemos
encontrar dos estados diferentes en nuestra mente, divididos por los momentos
antes de ser regenerados (el momento donde nuestro corazón es cambiado, y viene
el Espíritu Santo a nuestras vidas) y el momento posterior a nuestra
regeneración.
II. Mente Antes de la Regeneración “en los cuales
el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les
resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen
de Dios” (2 Cor 4:4) Antes de recibir a Cristo, Satanás tenía todo el control
de nuestro ser. Nuestro espíritu estaba muerto, y nuestra alma y cuerpo estaban
cautivos. Por ende, nuestra mente también estaba en posesión de Satanás.
Satanás tenía cegado nuestro entendimiento. Satanás, con el pecado como
herramienta, ciega nuestros sentidos espirituales, y nos hace vivir solamente
con nuestros sentidos físicos, esclavizados, donde pensamos que conocemos la
verdad, porque nuestro mundo tiene lógica, pero no nos damos cuenta, que no
podemos ver la realidad espiritual. Al tener el entendimiento entenebrecido, la
luz de Cristo no puede iluminar su vida.
Cuando Satanás tiene control de la mente del
hombre, esta se vuelve endurecida, sigue los deseos del cuerpo o carne, y es
enemigo de Dios en la mente, porque la mentalidad de carne es enemistad con
Dios.
“Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque
hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no
descubierto, el cual por Cristo es quitado”
(2 Cor 3:14) “ya que la mente puesta en la carne es
enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede
hacerlo” (Rom 8:7 LBLA) La mente es el lugar donde más Satanás ataca nuestras
vidas, ya que puede atacar nuestras vidas sin necesariamente habernos
persuadido previamente. Cuando el apóstol Pablo compara las mentes de los
hombres con las fortalezas del enemigo, nos muestra que existe una relación muy
estrecha entre él y la mente del hombre, ya que ocupa esta última como
fortaleza. La mente del hombre es donde Satanás se refugia en estos días, y
como es su fortaleza, desde aquí ejerce su autoridad en el mundo. El primer
pecado del hombre, el cual le llevó a la destrucción fue buscar el conocimiento
del bien y del mal fuera de Dios. Desde ese momento la mente comenzó a ser esclava
de Satanás. El punto de comunicación entre Dios y Satanás está en la mente del
hombre. Por ejemplo, antes de pecar somos tentados. Esta tentación viene en
forma de pensamientos, y tenemos la necesidad de guardarnos de ellos.
Para el hombre que no ha sido regenerado en su
espíritu, le es imposible alcanzar a Dios, ya que su intelecto nublado le
obstaculiza para alcanzarle.
La única forma de que está oscuridad en la mente
desaparezca es volviéndonos a Dios con todo nuestro corazón. Cuando nos arrepentimos
Dios destruye todos los argumentos que hay en nuestra vida. El arrepentimiento
sucede cuando nos damos cuenta como le hemos fallado a Dios, cuando nos damos
cuenta que nosotros mismos le crucificamos y que le hemos ofendido al querer
llevar nuestras vidas en forma independiente a El. Pero cuando nos volvemos a
El, El abre los ojos de nuestro entendimiento y podemos ver nuestra situación
espiritual. Vemos que existe un mundo espiritual y podemos conocer a Dios, y
conocer como estamos
En estricto sentido arrepentimiento significa un
cambio en la mente. Debe existir u cambio de mentalidad ya que estábamos en
enemistad con Dios en la mente. Por esto Dios debe alterarla para que le
conozcamos. Para conocer a Dios debemos comenzar el proceso de renovar nuestra
mente y recibir un nuevo corazón.
III. Mente después de la Regeneración
Luego del arrepentimiento en nuestras vidas, sin
embargo, nuestras mentes no quedan libres del contacto con Satanás. Miremos lo
que Pablo les dice a los corintios; “Pero temo que como la serpiente con su
astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la
sincera fidelidad a Cristo” (2Co 11:3) Esta carta y en específico este
versículo, Pablo no se los habla a gente que no tiene a Cristo en su corazón.
Más bien es escrita a cristianos. Aquí nos damos cuenta que así como el enemigo
engaña a los no creyentes, de la misma forma engaña a los creyentes. Aunque
ellos son salvos, la vida del pensamiento no ha sido renovada, por lo que la
mente se transforma en el campo de batalla. En la vida del cristiano las
mayores luchas se producen en la mente, porque Satanás envía toda su artillería
en ese lugar más que en cualquier otro órgano. Satanás no asaltó primero el
corazón de Eva sino su mente. De la misma forma los demonios buscan atacar
primeramente nuestra mente, ya que es el punto más débil porque antes era su
fortaleza donde operaba. Recordemos que en el inicio el corazón de Eva era sin
pecado, en su estado original. Pero de igual forma aceptó los pensamientos
sugeridos por Satanás y perdió su autoridad. A menos que sepamos rechazar los
espíritus malignos seguiremos siendo tentados, para finalmente, volver a perder
la soberanía de nuestra voluntad.
Es posible que tu tengas una nueva vida (con Cristo
en tu corazón), pero sin tener una nueva mente. Muchos tienen un corazón nuevo
pero una mente vieja. Muchos tienen un corazón lleno de amor y fidelidad pero
una mente sin percepción espiritual. A veces los hijos de Dios más fieles son
los más estrechos y llenos de prejuicios. Rechazan la verdad porque no
concuerdan con sus estructuras preconcebidas. Otros aunque han recibido a Jesús
en su corazón no pueden retener ni practicar la palabra. Incluso cuando uno
mantiene una relación íntima con Dios, es posible que sin darte cuenta hayas
aceptado sugerencias de Satanás en tu mente, lo que causa errores de conducta y
puntos de vista. Puedes ser muy bien intencionado pero sin pensamiento espirituales.
Por lo tanto, como cristianos debemos buscar tanto el corazón como la mente
renovada. Dios quiere que la mente sea renovada, así como lo es nuestro
espíritu. Dios quiere la excelencia en nuestra vida y glorificarse tanto en
nuestro corazón como la mente. ¿Cuántos cristianos hay obstinados, estrechos y
fanáticos? Al no tener renovada la mente se quedan cortos en lo que Dios quiere
hacer con ellos. No pueden entender que ciertas bendiciones provienen de Dios.
Entonces, para vivir una vida plena debemos renovar nuestra mente.
IV. Mente bajo ataque
Muchas veces la mente está llena de imaginaciones
vanas, pensamientos impuros, vagabundeos o ideas confusas o incontrolables. Te
falla la memoria de una forma anormal, viene obsesión, prejuicios contra otras personas
y desorden. Físicamente eres saludable, pero no entiendes los síntomas.
Hoy debes preguntarte ¿Quién controla mi mente? ¿Es
Dios quien la dirige? Si tu como Hijo de Dios notas que no eres capaz de
gobernar tu mente, debes preocuparte al instante y averiguar si es el enemigo
quien la usa. Tu puedes decir ¿Cómo me doy cuenta que el enemigo tiene mi
mente? Por ejemplo, cuando escuchas la palabra no puedes concentrarte. Tu mente
va de un lado a otro. Viene pensamiento tras pensamiento. Y finalmente no
puedes oír la palabra. Quieres solamente que termine todo lo que tiene relación
con Dios.
Dios hizo al hombre con una voluntad libre. La
intención de Dios es el autocontrol del ser humano. En el diseño de Dios está
la idea de que la mente este sometida a la voluntad. Pero hoy tu tienes que
darte cuenta ¿Soy yo el que pienso? Si tu no puedes detener tu pensamiento, o
no puedes concentrarte al momento de estar en asuntos de Dios, es otra persona
la que está ocupando tu mente para pensar. Son espíritus inmundos, que están
ocupando la capacidad de tu mente.
A veces la mente del hombre es como una máquina de
pensar. Vienen pensamientos como oleadas, donde no los puedes detener. Es
necesario que entiendas que Dios jamás interfiere con la operación de la capacidad
natural del hombre. El jamás trabajará sin mi ayuda. Satanás actúa poniendo
secretamente en la mente pensamientos que aceptas de buena gana o bloquea
pensamientos que no le gustan. “Y cuando cenaban, como el diablo ya había
puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase,” (Joh
13:2) “Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y
quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven” (Luc 8:12) Satanás
es un experto en quitar la palabra a través de los demonios, que están
representados en la parábola del sembrador como pájaros.
V. Causas de Ataque. Satanás nos ataca porque le
damos la oportunidad para que nos ataque. Recuerde que los demonios quieren
sustituir tus pensamientos por los suyos. Esto sucede cuando el hombre le
entrega la mente a los espíritus. Factor Crucial: Recordemos que estamos en una
guerra. ¿Quién gana o pierde la guerra? La guerra la perdemos cuando comenzamos
a darles terreno a los demonios. La cantidad de la actividad de Satanás depende
del espacio que le damos. Existen seis formas donde cedemos el espacio:
a. Mente no renovada: La carne le proporciona la
base a Satanás para actuar. Si la mente no es renovada después de haber
aceptado a Cristo en el corazón, exponemos mucho territorio. Los rincones
oscuros en nuestra mente son los centros de operación de Satanás. El cubre sus
hechos diciéndote que es tu carácter, temperamento y de esta forma quiere mantenerte
en ignorancia.
b. Mente impropia: Cuando acaricias los pecados le
das la oportunidad entregándole la mente a espíritus satánicos, a través de
ideas impuras, orgullo, formas de ser ásperas e injustas. Cada vez que lo
permites es más difícil resistir al ataque de Satanás para la próxima vez.
Satanás influye introduciendo ideas en tu mente. Si las aceptas adquieren
raíces en la mente. Cualquier teoría, supuestos, palabras, líneas leídas, puede
provocarle terreno a Satanás.
c. Entender mal la verdad de Dios: Hay muchos
cristianos que no entienden lo de morir con Cristo, no entienden que es la
regeneración espiritual, o la llenura del Espíritu Santo.
d. Aceptación de las sugerencias de Satanás:
Satanás planta ideas frente al futuro. Son como ideas en forma de profecías
para ver si las aceptas o las rechazas. Cuando no las rechazas, son base para
operar en tu vida.
e. Mente vacía: La mente Dios la creo para usarla.
Sin embargo, hay muchos cristianos que dejan su mente en blanco. Sin embargo,
debemos ejercitar la mente. La mente en la función normal es apta para
discernir la revelación sobrenatural donde no podemos ver con nuestros sentidos
espirituales.
f. Mente pasiva: Esta es una de las principales
debilidades de los cristianos. Están con su mente en inactividad, Van por la
vida sin pensar en algo determinado. Dejan la mente a lo que venga. Piensan en
los pensamientos que venga. Esperan que otros seres la pongan en actividad. Por
esto, pierden la sensibilidad. A veces tienen miedo a pensar y aceptan los
pensamientos de Satanás. Esto trae una inercia en el discernimiento espiritual
Es importante que entendamos que Dios quiere que
ocupemos nuestra mente. Hay muchos que esperan que Dios les ponga algo. Pero tu
debes poner en acción tu mente. El no borra nuestra mente, sino que la renueva
para que le conozcamos u obedezcamos. Dios quiere que entendamos su voluntad y
le obedezcamos. Si yo no usó mi mente, hay seres que están esperando para
ocuparla.
VI. Ganando la Batalla de la mente, Lo primero que
debemos entender es que tener la liberación de nuestra mente es una necesidad
vital. Proverbios 23:7 nos señala que el hombre es lo que piensa, por esto lo
que pensamos se transforma en lo que nosotros somos.
La batalla en la mente no es algo imposible, pero
si es necesario entender que es algo difícil que no se gana en un solo día,
sino en muchas jornadas de trabajo junto al Espíritu Santo. Tu debes seguir adelante
y continuar luchando, sin detenerte. La renovación de la mente tendrá lugar
poco a poco, así que no te sientas mal si ves que vas muy lento y progresiva. Una
primera arma que podemos utilizar es la Palabra de Dios. En la palabra aparecen
los pensamientos de Dios. Ahí está la verdad, absoluta de Dios para nosotros.
Jesús dijo que si permanecíamos en su Palabra, seríamos verdaderamente sus
discípulos, y la verdad nos haría libres. Muchas veces vienen pensamientos de
incredulidad. Pero como cristianos debemos decidir a creer. Con frecuencia Dios
nos da fe para cosas que nuestras mentes no siempre parecen capaces de
asimilar. La mente desea comprenderlo todo; el porque el cuando y el como de
todo. La mente se resiste a creer lo que no se puede entender. Con frecuencia
sucede que un creyente sabe algo en su corazón, pero su mente lucha contra eso.
Debemos levantar un escudo de la fe, y pedir a Dios sabiduría en las pruebas y
el nos mostrará lo que necesitamos.
Debemos pedir a Dios el entendimiento, y que venga
la luz a nuestra mente para que podamos descubrir cuales son las fortalezas que
ha levantado en nuestra mente. Una vez de descubiertas debemos llevar todo
pensamiento cautivo, y filtrar cada pensamiento de acuerdo a la Palabra de Dios.
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