"...MAS LA PALABRA DEL SEÑOR PERMANECE PARA
SIEMPRE" 1 PEDRO 1:25
POBRES EN ESPÍRITU, SU SIGNIFICADO Y SU IMPORTANCIA
"Cuando vio a las multitudes, subió a la ladera de una montaña y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, y tomando él la palabra, comenzó a enseñarles diciendo: Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece..." Mateo 5:1-3 (NVI)
Todo lo que hacemos es en búsqueda de la felicidad.
El ser humano anhela ser feliz. Algunos piensan que si tuvieran tal o cual cosa
experimentarían una felicidad mayor. Ya sea dinero, un auto nuevo, un mejor
empleo, etc. Similar era lo que ocurría en la época de Jesús. Los judíos
esperaban una época dorada, un reino material caracterizado por la victoria
sobre sus enemigos donde serían exaltados y disfrutarían de prosperidad y gran
gloria.
Ante esto, Jesucristo pronuncia las
Bienaventuranzas con el propósito de corregir las ilusiones de sus seguidores
con respecto a la naturaleza del reino y exponer cómo es el carácter de sus
súbditos. En contraste, Cristo enseña que los felices en el reino no serán los
poderosos sino los humildes, no los autosuficientes ni acaudalados, no los
fuertes sino los mansos y misericordiosos...Tal dicha no depende de los
factores externos.
Los v. 3-8 nos dicen cómo es el carácter del
discípulo de Cristo, mientras que los v. 10-12 nos dicen lo que le sucederá por
ser así. Allí el Señor dice que son dichosos cuando por su causa fueran
perseguidos. Sufren la oposición de los incrédulos pero aún así son dichosos,
bienaventurados...
Al ir analizando una por una las Bienaventuranzas,
como lo haremos en las próximas entradas, descubriremos como encajan y se
complementan entre sí, en la vida del creyente.
¿Qué es ser bienaventurado?
Hay dos términos griegos que se traducen por
“bienaventurado” en la Biblia:
a) "euloguémenos", denota la felicidad
que nos viene de afuera.
b) “makarios”, que se refiere a una condición
interna, y es la que Jesús usa aquí. Su significado es "dichoso,
bienaventurado, feliz, digno de ser felicitado"
Preguntémonos entonces, ¿Por qué es dichoso,
bienaventurado, feliz, digno de ser felicitado, el pobre en espíritu? El texto
es claro: “…porque de ellos es el reino de los cielos”. Y si Jesús dijo que de
ellos es el reino de los cielos, entonces ha de ser una cualidad muy importante
que valdrá la pena estudiar y experimentar.
Por ello, en las siguientes cuatro entradas me he
propuesto exponer cuatro puntos sobre esta primer Bienaventuranza:
1) ¿Qué significa ser pobre en espíritu?, 2) ¿Por
qué ser pobres en espíritu?, 3) ¿Cómo se llega a ser pobre en espíritu?, 4)
¿Cuáles serán las consecuencias de ser pobre en espíritu?
Lo he hecho con el firme propósito de que
comprendamos lo esencial que es esta cualidad en todo seguidor de Cristo.
¿QUÉ
SIGNIFICA SER POBRE EN ESPÍRITU?
Con el fin de que nos resulte más claro el
significado, veamos primero lo que NO significa.
No significa que deberíamos ser tímidos, débiles,
flojos y sin valor. Tampoco significa suprimir la personalidad. Mucho menos
significa ser débil de carácter. A ninguna de estas cosas se refería Jesús
cuando hablaba de la dicha que tienen los "pobres en espíritu".
La palabra que aquí se traduce “pobre” es la
palabra griega “ptojo” que se utilizaba para hablar de alguien que vivía en la total indigencia y dependía
totalmente de la caridad de otra persona para subsistir. Describe la pobreza
absoluta. Es el hombre que no tiene absolutamente nada; que no posee recursos
propios.
Al decir "pobres en espiritu", se está
refiriendo a aquella persona que reconoce su "bancarrota espiritual".
Por lo tanto, acude y depende totalmente de Dios y su misericordia.
Es por ello que la versión Dios Habla Hoy traduce
este texto: "Dichosos los que tienen espíritu de pobres delante de
Dios"
De lo que Jesús habla aquí es de la ausencia total
de orgullo y confianza en sí mismo. Ser conscientes de que sin Dios nada
podemos hacer por nosotros mismos.
"Porque así dijo el Alto y Sublime, el que
habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la
santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el
espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los
quebrantados." Isaías 57:15
LA POBREZA EN ESPÍRITU ILUSTRADA
Algunos personajes del Antiguo Testamento bien nos
ilustran esta cualidad esencial en todo discípulo de Cristo:
GEDEÓN: “¿Con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi
familia es pobre en Manases, y yo el menor en la casa de mi padre.”
No estamos frente a un hombre servil, sino ante un
hombre que se sintió del todo indigno de la misión que se le encomendó y estuvo
consciente de su incapacidad e insuficiencia.
DAVID: “Señor, ¿quién soy para que vengas a mí?”
Isaías al tener una visión, dijo, Soy “hombre de
labios inmundos.”
También encontramos algunos ejemplos en el Nuevo
Testamento:
Pedro, quien era por naturaleza agresivo, decidido
y seguro de sí mismo, cuando ve de verdad al Señor dice:"Apártate de mí,
Señor, porque soy hombre pecador"
Pablo. Un hombre de grandes cualidades. En
Filipenses 3 enumera las cosas de las que puede gloriarse, pero luego de ver al
Señor resucitado en el camino de Damasco todo esto se convirtió en "pérdida",
y este hombre, poseedor de tan grandes cualidades, se presentó en Corinto
"con debilidad, y mucho temor y temblor." Y al proseguir en la
evangelización, pregunta, "Y para estas cosas, ¿quien es suficiente?"
JESUCRISTO: "La actitud de ustedes debe ser
como la de Cristo Jesús,quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser
igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó
voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los
seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y
muerte de cruz! " Filipenses 2:5-8
“Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi
propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras” Juan 14:10
En otras palabras: "nada puedo hacer, dependo
por completo de Él". Aún si vemos a través de los Evangelios su tiempo en
oración y las horas que pasó haciéndolo,
contemplaremos claramente su pobreza en espíritu y completa dependencia de
Dios. Y si aún Jesucristo se caracterizó por ello ¡¿Cuánto más nosotros?!!
Significa que el discípulo de Cristo no dependerá
de la posición que haya alcanzado, tampoco confiará en sus propios talentos
naturales y capacidades. Sino que dependerá totalmente de la gracia de Dios y
se someterá a Él absolutamente. Se mira a sí mismo y reconoce su absoluta
necesidad de gracia divina. Postrado delante de la grandeza de Dios, descubre
su pequeñez, temporalidad, limitaciones y
pecaminosidad. ¿No es esta una cualidad esencial? ¿No es esto lo que
experimentó Gedeón, Isaías, Pedro, Pablo, entre otros?
Me llama mucha la atención que la propuesta general
en la actualidad sea : "confía en tí mismo" "tú puedes"
"depende de tí mismo" "el poder está en ti", mientras Jesús
está diciendo:
"Bienaventurados los que reconocen que
espiritualmente se encuentran en una bancarrota total y dependen totalmente de
Dios y su gracia..."
El Reino de Dios es la posesión de los pobres en
espíritu, porque son ellos los que se han dado cuenta de su absoluta
incapacidad aparte de Dios, y han aprendido a confiar y a obedecer.
"Bienaventurados los pobres en espíritu porque
de ellos es el reino de los cielos"
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