sábado, 2 de julio de 2016

JUAN 1:11, 12 A LO SUYO VINO, Y LOS SUYOS NO LO RECIBIERON, 12 PERO A TODOS LOS QUE LO RECIBIERON, LES DIO EL DERECHO DE LLEGAR A SER HIJOS DE DIOS,

¿QUE IMPLICÓ JUAN CUANDO DIJO “A LO SUYO VINO, Y LOS SUYOS NO LO RuyoECIBIERON. PERO A TODOS LOS QUE LO RECIBIERON”? 


JUAN  1:11,12   11. A lo Suyo vino, y los Ss no Lo recibieron. 12. Pero a todos los que Lo recibieron, les dio el derecho (el poder) de llegar a ser hijos de Dios, 


Que es lo que Juan quiso decir con la frase a “A lo Suyo vino, y los Suyos no Lo recibieron.” Algunos, han argumentado que la frase “lo Suyo” tiene que ver con el mundo que el había hecho (v. 3), como una referencia a la creación.  Otros sostienen que “Lo Suyo” se trata de la raza humana, mientras que la frase “los Suyos no Lo recibieron” habla de su nación. No obstante, eso no hace sentido con el contexto histórico del Evangelio de Juan y de los Evangelios Sinópticos (i.e. del mismo punto de vista).  Aparentemente, Juan esta haciendo alusión a que muchos dentro de la nación del Israel de su días, creyeron en Jesús como el Cristo (Mesías) de Dios y lo recibieron, mientras que otros lo rechazaron. Juan nos comenta acerca de aquellos que creyeron: Juan 7:31 Pero muchos de la multitud creyeron en El, y decían: Cuando el Cristo venga, ¿acaso hará más señales que las que éste ha hecho? Juan 12:10 Pero los principales sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro; 11 porque por causa de él muchos de los Judíos se apartaban y creían en Jesús. 42 Sin embargo, muchos, aun de los gobernantes, creyeron en El, pero por causa de los Fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. No obstante, Juan también nos cuenta acerca de los que no lo recibieron, ni creyeron en el, Juan 6:64  Pero hay algunos de ustedes que no creen.” Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién era el que Lo iba a traicionar (entregar). Juan 10:31-32 Los Judíos volvieron a tomar piedras para tirárselas. 32 Entonces Jesús les dijo: “Les he mostrado muchas obras buenas que son del Padre. ¿Por cuál de ellas Me apedrean?” Juan 12:37 Pero aunque había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en El Jesús también dijo: Juan 8:24 Por eso les dije que morirán en sus pecados; porque si no creen que Yo soy, morirán en sus pecados.” Juan 12:48 “El que Me rechaza y no recibe Mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final. Dios había asignado un día en el que iba a juzgar a aquellos quienes dentro del pueblo del Israel rechazaran sus palabras. Pero ¿Cuáles eran estas palabras que el les había hablado?  Sus palabras fueron palabras de arrepentimiento para con Dios y fe en su persona y obra para el perdón de pecados. Ese fue el mensaje de su siervo Juan el Bautista: Mateo 3:2 “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.” 8 “Por tanto, den frutos dignos de arrepentimiento Y el mensaje que El mismo predicó: Mateo 4:17 Desde entonces Jesús comenzó a predicar: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.” Y el mensaje que predicaron sus siervos, sus apóstoles: Hechos 5:31 A éste Dios exaltó a su diestra como Príncipe y Salvador, para dar arrepentimiento a Israel, y perdón de pecados. Lucas 24:47 y que en su nombre se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. El tiempo había llegado, en el que Dios el dueño de la viña, la casa de Israel (Judá y Jerusalén) había enviado a sus siervos a colectar frutos de arrepentimiento, equidad, justicia y obediencia a la fe. Sin embargo, lo que encontró en muchos dentro del pueblo, fue rechazo, incredulidad y violencia contra sus siervos los profetas y aun contra su propio Hijo. Isaías 5:7 Ciertamente, la viña del SEÑOR de los ejércitos es la casa de Israel, Y los hombres de Judá Su plantío delicioso. El esperaba equidad, pero hubo derramamiento de sangre; Justicia, pero hubo clamor. Mateo 21:34 “Cuando se acercó el tiempo de la cosecha, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. 35 “Pero los labradores, tomando a los siervos, a uno lo golpearon, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon. 36 “Volvió a mandar otro grupo de siervos, mayor que el primero; y les hicieron lo mismo. 37 “Finalmente les envió a su hijo, diciendo: ‘Respetarán a mi hijo.’38 “Pero cuando los labradores vieron al hijo, dijeron entre sí: ‘Este es el heredero; vengan, matémoslo y apoderémonos de su heredad.’ 39 “Y echándole mano, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron. Dios, el dueño de la viña, estaba siendo despreciado. Dios los había invitado a su fiesta de boda (figura de su Reino), pero muchos no quisieron venir, y aun otros mataron a sus siervos y hasta su propio Hijo (Mat. 22:3). Por ese motivo Dios los juzgaría: Mat. 22:6 y los demás, echando mano a los siervos, los maltrataron y los mataron. 7 “Entonces el rey se enfureció, y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos asesinos e incendió su ciudad. Tal cual como lo había profetizado el profeta Isaías, Isaías 5:24 Por tanto, como la lengua de fuego consume el rastrojo, Y la hierba seca cae ante la llama, Su raíz como podredumbre se volverá y su flor como polvo será esparcida. Porque desecharon la ley del SEÑOR de los ejércitos, Y despreciaron la palabra del Santo de Israel. 25 Por esta causa se ha encendido la ira del SEÑOR contra Su pueblo, Y ha extendido Su mano contra ellos y los ha herido. Los montes temblaron y sus cadáveres yacen como desecho en medio de las calles. Con todo esto, no se ha agotado Su ira, Y aún está extendida Su mano. 30 En aquel día gruñirá sobre ella como el bramido del mar. Si se mira hacia la tierra, hay tinieblas y angustia; Aun la luz es oscurecida por sus nubes. Estos no solo despreciaron la la ley del SEÑOR y sus palabras, sino al Hijo de Dios, heredero de la viña del SEÑOR quien los llamo al arrepentimiento y a la fe salvadora, por eso el los consumiría en el fuego de su ira. El había dicho previamente:            Juan 3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Juan 5:24 “En verdad les digo: el que oye Mi palabra y cree al que Me envió, tiene vida eterna y no viene a condenación (a juicio), sino que ha pasado de muerte a vida. Juan 12:48 El que Me rechaza y no recibe Mis palabras, tiene quien lo juzgue; la palabra que he hablado, ésa lo juzgará en el día final. Y en efecto, su ira fue derramada sobre aquellos del Israel de tiempos Bíblicos que lo rechazaron, cuando Jerusalén fue destruida en el año 70 A.D. Así que, el vino a “lo Suyo” (cf. Juan 1:11) significa que el Señor Jesús vino a colectar los frutos de arrepentimiento del Israel del primer siglo, y a juzgar a quienes le rechazaran. La narrativa del Evangelio de Juan, nos muestra que muchos de “los Suyos” no le recibieron. No obstante, Juan continúa: Juan 1:12 Pero a todos los que Lo recibieron, les dio el derecho (el poder) de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre. Esto significa que a pesar de que algunos de los “Suyos,” los cuales  fueron convidados a su Reino y rechazaron la invitación del Rey, otros fueron invitados y beneficiados (i.e. todos los que Lo recibieron) al punto de llegar a ser llamados hijos de Dios, participantes de su Reino. Mateo 22:8 “Luego dijo a sus siervos: ‘La boda está preparada, pero los que fueron invitados no eran dignos. 9 ‘Vayan, por tanto, a las salidas de los caminos, e inviten a las bodas a cuantos encuentren.’ 10 “Aquellos siervos salieron por los caminos, y reunieron a todos los que encontraron, tanto malos como buenos; y el salón de bodas se llenó de invitados. La buena noticia, es que Dios aun en este tiempo, sigue extendiendo la invitación a su Reino celestial a todos aquellos (de cualquier nacionalidad) que en genuino arrepentimiento para con El (por el obrar del Espíritu Santo cf. Tito 3:5), crean en Jesús el Hijo de Dios y lo reciban como su único y suficiente Salvador. Su invitación sigue siendo ofrecida en nuestros días: Apocalipsis 22:17 El Espíritu y la esposa dicen: “Ven.” Y el que oye, diga: “Ven.” Y el que tiene sed, venga; y el que desee, que tome gratuitamente del agua de la vida. No tardes mas, hoy todavía es tiempo aceptable, hoy todavía es tiempo de la salvación. 2 Corintios 6:2 Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable, he aquí ahora el día de salvación.
Peter Citelli / 15 enero, 2013


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