sábado, 3 de diciembre de 2016

¿CÓMO SABER CUÁL ES MI DON ESPIRITUAL?

¿Cuál es mi don? Sin duda alguna que ésta pregunta habrá pasado por más de alguno de nosotros. Sin embargo, muy probablemente nadie haya sabido concretamente darnos la respuesta que esperábamos. Tampoco, quiere decir que esta publicación lo sea. No obstante, este es nuestro consejo.

¿Qué es un Don Espiritual?Se trata de un regalo. No olvide esto. Es un regalo de Dios que nos fue entregado desde la creación. Es sólo por medio de su Santo Espíritu en la revelación de Jesús, el Hijo del Dios Altísimo, que podemos descubrir nuestros dones.

Lea bien esto. Debemos descubrir nuestro don. No se trata de pedir un don "x" para recibirlo. ¿Por qué? Simplemente al pedir, pediremos aquello que creemos deberíamos tener o ser, no necesariamente lo que Dios tenga para nosotros. Muchas veces el llamado que Dios tiene para nosotros no nos gustará, por eso, él calla y no nos dice nada, debemos descubrirlo en el proceso del silencio y de la prueba, esto nos hará madurar y re-encontrarnos con nosotros mismos, es decir con el diseño de Dios para nuestras vidas. Es sólo allí en la prueba y la vida de fe que podremos reconocer cuál es el don del Señor en mí. Sólo aquí se revelará lo mejor de Cristo para mi y su servicio. Si yo pidiera el don y el Señor me diera lo que pido dejaría de ser un regalo. Y estaría contra el verso que dice "que el Espíritu Santo reparte los dones según su voluntad" (I Corintios 12:11; Hebreos 2:4). Se imagina pidiéndole -en realidad ordenando- a Dios: "Yo quiero el don de "señales y milagros" y no el de profecía..." Ja ja ja... Muy probablemente esta haya sido la actitud de muchos de nosotros en un principio. Sin embargo, Dios no quiere que estemos bajo estas condiciones. El Señor Dios Eterno Perfecto y Creador nos ha diseñado a todos como vasos para la manifestación de su gloria, alabanza y adoración. Es por eso que todos contamos con características únicas y necesarias para la obra de Cristo. Bien está escrito: Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. (1 Corintios 12:12 RV60) Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios... (1 Corintios 12:14-22 RV60) Como pudimos leer todos somos especiales, únicos pero debemos identificarnos con nuestro diseño divino. Por ejemplo: "yo siempre quise ser ojo pero en realidad siempre fui boca", estas palabras podríamos traducirlas a "siempre quise ser Profeta pero en realidad siempre fui un Maestro". Amados lectores, cuando me encuentro con Jesús realmente, a su tiempo él revelará el proyecto de vida que tiene para mí, yo debo estar detrás de él no de las dádivas o regalos o dones, mi único deseo es conocerlo a él y lo que él desea con, de y para mi.
¿Cómo descubro mi don? Quizá, esta pregunta ya respondida continué estando en su mente. Y aunque parezca simple la respuesta no lo es. Debemos procurar encontrarnos verdaderamente con Dios y conocerle por medio de su Hijo, Jesús de Nazaret. Es decir, en lugar de buscar aprender sobre la unción y el poder de los dones, necesitamos descubrir más a Jesús. De lo contrario, no sólo seremos cautivados por lo que podemos hacer con ellos, nosotros somos nuestro primer enemigo, la vanagloria y la codicia espiritual. Además, podríamos ser presa fácil para nuestro adversario, Satán. De un momento a otro, la confusión y el engaño con soberbia y altivez hará que seamos malos administraremos del regalo de Dios.
El propósito del que descubre su don es primeramente para provecho personal (I Corintios 12:7), juntamente que contribuyamos al cuerpo de Cristo para alcanzar la estatura del varón perfecto, Jesús de Nazaret. Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. (Efesios 4:11-16 RV60) Sin embargo, descubrir nuestro don y diseño divino no se trata de un lujo o un status superior sino todo lo contrario, una enorme responsabilidad. Debemos tener cuidado de caer en la "doctrina de los nicolaítas" aquellos que junto con el Diácono Nicolás propusieron una jerarquía espiritual, haciendo de menos a aquellos que no contribuían al servicio.
Nadie en realidad debería estar preocupado por descubrir su don espiritual sino porque la revelación del Hijo de Dios este en su vida. La mayor crisis de quien descubre su don y diseño divino, cuando carece de la identidad que tiene ante Dios por medio de Cristo Jesús, es cuando este utiliza los dones para su beneficio y egoísta provecho personal. Por ejemplo: los del don de sanidad quieren sanar a diestra y a siniestra olvidándose de lo más importante introducir el mensaje sanador del evangelio de Cristo Jesús. También los que profetizan se olvidan del evangelio y sólo están expectantes a que su palabra se cumpla, a ser sensibles a la voz de Dios para profetizar y etc.
Somos Diseñados desde la Creación juntamente con nuestros Dones, Talentos y Debilidades
Constantemente he dicho que debemos descubrir nuestros dones, que desde el inicio de todo fuimos diseñados con ellos; y por lo tanto, no se trata de que me interne en una cuarentena de oración y ayuno para recibir el don "x". No, lo ideal es que hubiese sido mi intensión que Jesús hubiese sido revelado a mi vida con mayor profundidad. Todos podemos ver que cuando los discípulos de nuestro Señor no les había amanecido sobre quién era él, el Señor se los reprochó. Sin embargo, una vez que lo entendieron él los graduó y reveló su propósito, les dijo: "no me escogieron ustedes a mí sino yo a ustedes" y luego en su última y épica oración en los días de su humanidad (Juan 17) los encomendó porque estaban listos. Ellos se habían identificado con él.
Otra evidencia en el Antiguo Testamento de lo que hablamos sobre que los dones están en nosotros pero debemos descubrirlos se encuentran en la experiencia del profeta Jeremías: Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar. (Jeremías 1:4-10 RV60) Jeremías, un sacerdote levita, era un verdadero y legitimo buscador de la Gloria Divina y desde luego se encontró con él. Desde que nació le reveló el Señor lo había diseñado para ser su Oráculo o Profeta. Lo ve ahora, Dios le revelará su don si tan sólo le busca, esto es todo. Seguro se asustará o tendrá temor cuando Él le manifieste que debe hacer por y para él. Pero, más de alguno podría pensar pero era un Sacerdote... Eso no tiene nada que ver. Esto no es de algunos y no de otros como algunos han sugerido. No existe acepción de personas para Dios. De esta misma manera, todos somos responsables de tener la experiencia personal con Dios. Cada uno, lejos de toda religión y tradición familiar o legado religioso, todos sin excepción estamos necesitados de tener una experiencia con él. Es por eso que no importa que sea un hijo de Pastor, no quiere decir que ya ha ganado el cielo. Nada que ver, incluso no quiere decir ni que tenga a Dios. Cada hijo de Pastor, Misionero o Predicador, debe descubrir a Jesús personalmente. Pero, si es justo decir que aunque sea hijo de Pastor no quiere decir que él lo vaya a ser también. O porque es la esposa del Pastor es Pastora, es inadecuado pensar de esta manera. Si es probable que el hijo de un Pastor o cualquier otro Ministro, probablemente tenga el beneficio de su ambiente y de otros recursos que le podrían facilitar ese encuentro, pero finalmente todo radica en él. (Lea nuestra publicación: ¿Por qué Jesús no pudo convertir el corazón de Judas?) Existen tantas cosas que escribir y preguntar, responder y aclarar sobre el tema de los dones espirituales. Sin embargo, el fin es que usted no se preocupe por ser un experto en el don, preocúpese por ser un experto en el conocimiento de Cristo, esto le generará su respaldo y testimonio, discernimiento y amor de Dios para administrar ese don que comenzará a surgir por si sólo, es sólo cuando la persona de Cristo vive en nosotros comenzamos a ver el fruto de la fe y los dones salen a luz. No se deje seducir por lo espiritual o lo sobrenatural. No quiere decir que lo sobrenatural sea necesariamente de Dios. También el Adversario actúa sobrenaturalmente. Es allí, donde su conocimiento sobre su Dios en Jesús el Cristo le permitirá discernir inmediatamente o mediatamente si ese acto, esa palabra o esa situación es del Señor. Por nuestra ignorancia sobre el Señor perecemos. Es por eso que aquel que tiene el don de profecía termina siendo adivino y agorero. El que tiene llamado de Profeta termina convirtiéndose en falso profeta. El que tiene don de interpretar lenguas se confunde e interpreta lo que no es. Guardémonos de nosotros mismos, y de nuestros enemigos, está escrito: "amarás al Señor tú Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todos tus recursos..." Busquemos la llenura de Dios, su amor y verdad no sea pues que se cumpla esto que está escrito: Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. (1 Corintios 13:1-2 RV60)
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. (Mateo 7:22-23 RV60)

Por el Hno. Roger Casco Herrera

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