¿NOS BENDICE DIOS CON RIQUEZAS?¿SIGNIFICA este pasaje bíblico que Dios bendice a
sus siervos con riquezas materiales? Hay quien está convencido de ello, como
aquel predicador pentecostal y escritor australiano que afirmó: “En [mi] libro
le mostraré por qué necesita más dinero y, en segundo lugar, cómo puede
conseguirlo [...]. Si cambia su modo de pensar y cultiva una actitud sana hacia
el dinero, le aseguro que caminará en la bendición de Dios y la prosperidad que
él le dará, y nunca volverá a sufrir problemas económicos”.Pero eso implicaría que la gente pobre no tiene el
favor divino. ¿Es en verdad la prosperidad material una señal de la bendición
de Dios?
Bendecidos con un propósito
El testimonio bíblico incluye casos en los que Dios bendijo a siervos fieles con riquezas. Jacob, por ejemplo, dejó su tierra con un bastón como única pertenencia, pero volvió veinte años más tarde con tantas ovejas, reses vacunas y asnos que formó dos campamentos. De acuerdo con la Biblia, la prosperidad de Jacob fue un regalo de Dios (Génesis 32:10). Veamos otro caso: aunque Job perdió todos sus bienes, Jehová lo bendijo posteriormente con “catorce mil ovejas y seis mil camellos y mil yuntas de reses vacunas y mil asnas” (Job 42:12). Y al rey Salomón, Jehová le proporcionó una riqueza tan grande que su fama pervive hasta nuestros días (1 Reyes 3:13).
Pero las Santas Escrituras contienen también
numerosos ejemplos de fieles y obedientes adoradores de Dios que eran pobres.
No parece lógico pensar que Dios castigara a unos con pobreza mientras bendecía
a otros con prosperidad. Así que, ¿cuál era el propósito de Dios al conceder
riquezas a ciertas personas?
La respuesta difiere en cada caso. La bendición material
que Jacob recibió constituyó el fundamento para la creación de una nación, como
preparativo para la venida de la Descendencia Prometida (Génesis 22:17, 18).
Con respecto a Job, su prosperidad disipó toda duda respecto a quién le había
ocasionado tantas calamidades, con lo que se santificó el nombre de Jehová
(Santiago 5:11). Y Salomón empleó gran parte de la fortuna que Dios le había
concedido en edificar un suntuoso templo (1 Reyes 7:47-51). Es interesante que
Jehová también utilizara a Salomón para escribir, de su experiencia personal,
acerca del valor limitado de las riquezas (Eclesiastés 2:3-11; 5:10; 7:12).
Cómo nos bendice Dios
Jesús inculcó en sus seguidores una actitud sana
hacia el dinero cuando les dijo que ‘dejaran de inquietarse’ por las
posesiones. Les señaló que ni Salomón en toda su gloria se había vestido tan
bien como los lirios del campo, y añadió: “Si Dios viste así a la vegetación
del campo, [...] ¿no los vestirá a ustedes con mucha más razón, hombres de poca
fe?”. Jesús garantizó a sus seguidores que, si seguían buscando primero el
Reino y la justicia de Dios, tendrían además alimento, ropa y cobijo (Mateo
6:25, 28-33). ¿De qué forma se cumple esa promesa?
Las bendiciones que produce la guía de la Biblia,
cuando se aplica, son principalmente de carácter espiritual (Proverbios 10:22).
Pero conllevan además otros beneficios. Por ejemplo, la Palabra de Dios ordena
a los cristianos: “El que hurta, ya no hurte más, sino, más bien, que haga
trabajo duro” (Efesios 4:28). También afirma que “el que trabaja con mano floja
será persona de escasos recursos, pero la mano del diligente es lo que
enriquece a uno” (Proverbios 10:4). Los cristianos honrados y trabajadores que
siguen tales consejos tienen a menudo la preferencia en los empleos, y eso es
una bendición.
La Biblia también enseña a los cristianos a evitar
el codicioso pasatiempo de jugar por dinero, el contaminante vicio del tabaco y
el debilitante hábito de la borrachera (1 Corintios 6:9, 10; 2 Corintios 7:1;
Efesios 5:5). Quienes siguen tales recomendaciones descubren que sus gastos
disminuyen y su salud mejora.
De más valor que la plata o el oro
Aun así, no se puede tomar la prosperidad material
como único indicador de la aprobación y la bendición de Dios. Por ejemplo,
Jesús puso en evidencia la pobreza espiritual de algunos cristianos de Laodicea
con estas palabras: “Dices: ‘Soy rico y he adquirido riquezas y no necesito
absolutamente nada’, pero no sabes que eres desdichado y lastimoso y pobre y
ciego y desnudo” (Revelación [Apocalipsis] 3:17). Por el contrario, a los
cristianos de Esmirna (pobres en lo material pero saludables en sentido
espiritual) les dijo: “Conozco tu tribulación y pobreza[,] pero eres rico”
(Revelación 2:9). Al parecer, aquellos cristianos sufrían penurias económicas a
manos de sus perseguidores por causa de su fidelidad; sin embargo, poseían
riquezas mucho más valiosas que la plata o el oro (Proverbios 22:1; Hebreos
10:34).
Jehová Dios bendice el empeño de quien se esfuerza
por cumplir Su voluntad (Salmo 1:2, 3). Él proporciona la fortaleza y los
recursos necesarios para afrontar las pruebas, proveer para la familia y buscar
primero Su Reino (Salmo 37:25; Mateo 6:31-33; Filipenses 4:12, 13). Por tanto,
en lugar de considerar las cosas materiales como la principal bendición de
parte de Dios, los cristianos verdaderos luchan por ser “ricos en obras
excelentes”. Al cultivar una relación estrecha con el Creador, están
“atesorando para sí con seguridad un fundamento excelente para el futuro” (1
Timoteo 6:17-19; Marcos 12:42-44).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario